Hoy culmina el plazo para que las entidades financieras informen al Banco de España acerca de la revisión de sus carteras de créditos reestructurados. En abril, el organismo regulador emitió una circular en la que instaba a las entidades a endurecer y dotar de mayor previsión los créditos refinanciados (dudosos).
Y es que, en los últimos tiempos, reconocía el Banco de España, se han incrementado las renegociaciones en las condiciones de los préstamos, hecho que hace “aún más necesaria la vigilancia respecto a las políticas que siguen las entidades en materia de refinanciación”.
A partir de ahora, cualquier refinanciación será considerada como una operación de riesgo subestándar y se tendrá que provisionar en un 15%.
Según datos del Banco de España, las correcciones de valor por deterioro de activo, que recogen los importes constituidos (provisiones) para la cobertura de pérdidas por deterioro, tanto de los créditos como del resto de activos, han dibujado, en 2012, y hasta julio de 2013 una línea ascendente.
De hecho, superan por primera vez desde 2007 los niveles de morosidad. Concretando, aquel año había en España 16.251 millones de créditos dudosos. Y las correcciones de crédito eran de 37.572 millones. A 2012 la mora ascendía a 167.468 millones y las correcciones, a 192.578 millones.
En lo que respecta a 2013, en la fotografía del mes de julio, los créditos dudosos sumaban 178.663 millones y las correcciones a 190.620. Y es que la revisión de créditos refinanciados es uno de los motivos que ha llevado la mora a un nuevo máximo histórico.
Con todo, el incremento que sufran ambas variables a partir de septiembre puede ser incluso mayor, cuando entren en vigor las nuevas directrices impuestas por el Banco de España a la hora de calificar los préstamos.
Así, los créditos con riesgo de mora podrían ir a más pues, como reconocen las entidades y dada la situación laboral actual, la mayoría de renegociaciones se llevan a cabo con clientes que pasan por dificultades puntuales.
De hecho, a fecha de 31 de marzo de 2013 se estimaba que las entidades deberán hacer nuevas provisiones de 5.000 millones para cubrir los créditos renegociados.