Hace apenas unos días el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó un informe en el cual decía que “la economía española ha dado un giro” y que la recuperación económica “ha ganado fuerza” en los tres primeros meses de 2014.
Asimismo, expuso cuatro medidas para que la economía española acabe de mejorar. A grandes rasgos, ayudar a las empresas a crecer, contratar e invertir, así como reducir las barreras regulatorias para impulsar el empleo y el crecimiento.
Además de continuar con una consolidación fiscal que favorezca el crecimiento y el empleo y, por último, más apoyo de Europa para impulsar políticas económicas.
Manuel Castro Cotón, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Santiago de Compostela, analiza al comparador de productos bancarios Credimarket estas decisiones del FMI.
Según el FMI la economía española ha dado un giro y ve que la recuperación económica ha ganado fuerza en lo que llevamos de año. ¿Cómo valora esta visión?
Es cierto que desde la segunda mitad del año pasado comenzó a tomar forma un escenario de recuperación de la economía española, producido por varios factores positivos, tanto en el plano doméstico como en el internacional, que han ayudado a reducir los riesgos a corto plazo.
El FMI pronostica un crecimiento del 0,6% en 2014 y del 0,8% en 2015, tras el retroceso del 1,2% en 2013. Estas previsiones, se sitúan, no obstante, ligeramente por debajo del consenso de distintas instituciones privadas españolas.
¿Qué situaciones podrían hacer frenar la recuperación?
El crecimiento sigue siendo frágil y la tasa de paro sigue en un nivel muy elevado. Existen algunas fuentes de riesgo que pueden dificultar el tránsito a una recuperación consistente, de mayor intensidad y con garantías de sostenibilidad a medio y largo plazo.
Por ejemplo los efectos indirectos o implicaciones del plan de la Reserva Federal de reducción progresiva de los estímulos monetarios que comenzó en enero de 2014, la notable moderación del crecimiento económico en algunas economías emergentes que pueden haber acumulado desequilibrios excesivos, así como las perspectivas de crecimiento del comercio mundial.
Pero también la necesidad de finalizar el proceso de saneamiento bancario y de completar la Unión Bancaria en Europa, la futura evolución del crecimiento de nuestra productividad y competitividad y los riesgos inherentes a una posible sobreapreciación del euro y a un período prolongado de bajas tasas de inflación.
El organismo internacional anunció ciertas medidas para que España se acabe de recuperar. Una de ellas pretende ayudar a las empresas a crecer, contratar e invertir, ¿bastará con reducir la deuda empresarial?
El proceso de desapalancamiento del sector privado reduce sensiblemente sus necesidades de financiación. Las empresas están viendo mejorar su situación económica como consecuencia del inicio de la recuperación de la actividad, lo que se refleja en un mayor dinamismo de la facturación y en un incremento de los beneficios.
Esta mejora afecta en mayor medida a las empresas de mayor tamaño. Así, El resultado agregado del conjunto de las empresas cotizadas no financieras se situó en 11.149 millones de euros en 2013, un 7,3% más que en 2012.
Las empresas utilizan fundamentalmente recursos internos para financiar sus inversiones, porque la actividad inversora es baja y la mayor capacidad para generar recursos internos contribuye a la reducción del endeudamiento. El endeudamiento agregado de las sociedades cotizadas no financieras se situó en 270.000 millones de euros a finales de 2013, lo que supone un descenso del 10% en relación con las cifras de finales de 2012.
¿Qué otras medidas podrían impulsar al tejido empresarial?
También puede ayudar a las empresas el proceso de desintermediación bancaria en la financiación, con una expansión de los valores de renta fija en detrimento de los préstamos bancarios, en un contexto de políticas de oferta de crédito bancario restrictivo. En el caso de las pymes, el acceso a la financiación ajena sigue constituyendo una preocupación, en un contexto de insuficiencia de recursos internos.
Para España sería positivo que los tipos de interés permanezcan bajos de forma persistente, porque los años anteriores a la crisis han dejado a familias, empresas, bancos y Estado con cuatro veces nuestro PIB en deudas. Si suben los tipos de interés antes de que logremos capitalizar nuestra economía, las empresas no podrán pagar su coste financiero, no aguantarán el peso de la deuda y muchas de ellas quebrarán.
El FMI también apuesta por reducir algunas barreras regulatorias para impulsar el empleo y el crecimiento, por ejemplo, mejorando el equilibro entre los contratos indefinidos y los precarios, ¿qué opinión le merece?
En general, diversos indicadores de actividad y empleo sugieren que la economía está ganando terreno de forma gradual, en un contexto caracterizado por la mejora notable de la competitividad. La reforma del mercado de trabajo, introducida en 2012, ha ampliado la capacidad para generar empleo al aproximar las condiciones laborales a la situación de las empresas.
Así, según los últimos datos publicados por Eurostat sobre el paro en la Unión Europea (UE28) en abril, España ocupa el segundo lugar, después de Grecia, por nivel de desempleo, con una tasa del 25,1%. Sin embargo, mes a mes, Eurostat registra una tendencia descendente del paro en España, que era de 26,3% un año atrás. La disminución del número de parados ha ido acompañada de un aumento de los afiliados a la Seguridad Social.
La dualidad en el mercado sigue siendo preocupante, al igual que las rígidas políticas activas de empleo y los mecanismos de reciclaje laboral entre los parados de larga duración. Una de las acciones a llevar a cabo debería ser la de modernizar los sistemas públicos de empleo y acelerar la liberalización de servicios profesionales para que el mercado laboral gane dinamismo.
¿Qué impuestos se podrían subir o disminuir con el fin de favorecer el empleo?
Habría que reducir significativamente los tipos impositivos y aumentar las bases impositivas del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades, no tocar el IVA porque ya se ha subido lo suficiente. Además de compensar las rebajas de impuestos indirectos con la elevación de algunos impuestos especiales, eliminar definitivamente el Impuesto de Patrimonio, armonizar Sucesiones y redimensionar las excesivas valoraciones catastrales e IBI.
El reequilibrio entre la imposición directa e indirecta, la ampliación de las bases impositivas y la lucha contra el fraude, mejoraría la asignación de recursos y estimularía la actividad, debiendo permitir también una recaudación suficiente para cubrir un nivel sostenible de los servicios públicos.
¿Cómo ve que haya más apoyo de Europa?
Aunque las condiciones en los mercados han seguido mejorando en Europa, persiste un elevado grado de fragmentación en los mercados financieros europeos que hace que las condiciones de financiación presenten un elevado grado de heterogeneidad dentro del área.
Esta evolución se sigue produciendo en un contexto de expectativas de mayor relajación en el tono de la política monetaria. La inflación ha subido en Europa del 0,5%, en marzo, al 0,7%, en abril, y volvió a frenarse en mayo hasta el 0,5%, lejos del objetivo que el BCE tiene encomendado por debajo, pero cerca, del 2% interanual.
Sería conveniente aprovechar esta situación de casi deflación en Europa para seguir realizando en la economía española las reformas pendientes, capitalizando las empresas antes de que surjan presiones inflacionistas.
¿Qué medidas podría aplicar el gobierno si sigue las consignas en favor de aumentar la demanda de las exportaciones españolas?
España exporta ya por habitante más que países tan relevantes como Italia y Francia, prueba de que hemos vuelto a ser competitivos en la esfera internacional. Como consecuencia, la inversión extranjera está volviendo activamente y en 2013 ha representado el 50% de las operaciones corporativas en España.
Esta entrada de capitales es importante en una etapa en la que sobra deuda y falta capital, y en la que la banca española acumula una mora latente en empresas que ni pueden ni podrán pagar si no reciben nuevo capital.
Para aumentar las exportaciones es necesario apoyarse tanto en ganancias de competitividad y en la recuperación de la demanda externa, como en factores de carácter más estructural, que permitan que dicho potencial se pueda mantener y afianzar a largo plazo. tales como la diversificación geográfica de las ventas de bienes y servicios españoles hacia mercados emergentes y la profundización de la orientación exportadora de las empresas.