Espectacular. Por dentro y por fuera. Se trata de la sede del Macquarie Bank Group en Sydney (Australia), asentada en One Shelley Street y en la que trabajan hasta 3.000 empleados de la compañía.
El edificio, que data de 2009, fue una obra conjunta del estudio de arquitectos Fitzpatrick & Partners, que idearon la estructura, Clive Wilkinson Architects, conocidos por trabajar con empresas como Google y que lideraron el diseño interior, y el arquitecto local Woods Bagot.
Desde entonces, no ha parado de recopilar premios por su arquitectura, su diseño, su funcionabilidad, el respeto al medio ambiente… Así, buena parte del mobiliario es adaptado y existe un control de eficiencia energética, entre otros.
El objetivo de sus creadores era erigir una polis griega vertical del futuro. El inmueble se distribuye en un total de diez plantas y cada una de ellas se subdivide en otros cinco espacios o ‘vecindarios’, donde pueden trabajar hasta un centenar de personas.
Y dentro de cada planta, lo que ellos han denominado «plazas» y que tienen reminiscencias a una sala de juegos, una cafetería, un jardín, una biblioteca…
Y «cápsulas de reunión», que otorgan un mayor grado de privacidad.
Pero el diseño no solo responde a criterios estéticos sino que tiene como ingrediente principal una nueva forma de trabajar que se conoce con las siglas ABW (Activity Based Working) y ha sido fomentada por la consultora holandesa Veldhoen.
Como clave tiene tres acciones: compartir, conectar, transformar. De ahí la prominencia de espacios abiertos y la posibilidad del empleado de utilizar diferentes espacios según las necesidades del momento.
Precisamente esta libre movilidad ha sido muy valorada por los empleados de la oficina. Más de la mitad reconocen cambiar de emplazamiento a diario. Y el uso de los ascensores se ha reducido a la mitad.
(Fotos: Shannon McGrath)
espectacular el diseño de este edificio.