Fomentar la eficiencia, la colaboración entre empleados, impulsar la identidad de la firma. Fueron algunos de los objetivos que se fijó el estudio de arquitectura holandés MVRDV al idear las nuevas instalaciones centrales del banco noruego DNB.
Ubicadas en el centro de Oslo, y con vistas al fiordo, la sede de la entidad financiera ocupa un total de 36.500 metros cuadrados repartidos en 17 plantas. Los dos materiales más utilizados son el vidrio y el ladrillo, que pretenden simbolizar la transparencia y la estabilidad del banco.
El edificio tiene forma cúbica, que tienen como punto neurálgico una plaza que accede al vestíbulo central de acceso.
La sala de operaciones cuenta con un total de 250 puestos.
Además también dispone de una sala de reuniones y de un aula magna para clases y conferencias.
Un restaurante con capacidad para 140 comensales y vistas panorámicas, además de un ‘office’ para los empleados son otros de los emplazamientos.
Impulsar la comunicación entre empleados es una de las prioridades que se ha pretendido conseguir con el diseño. Por eso se han impulsado los espacios de reunión informales a la par de cómodos.
Aquí, otra perspectiva.
Todo, con el último diseño, como estas butacas.
(Imágenes: Jeroen Musch / Jiri Havran)