El 31 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro, jornada que tiene por objetivo concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de no malgastar y de eliminar gastos superfluos. ¿Complicado? Aquí te mostramos cómo empezar a ahorrar… Y no perderse en el intento.
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Ahorrar: guardar dinero como previsión para usarlo en necesidades futuras. Fácil, ¿eh? Pues ahora llega la pregunta del millón: ¿cómo empezar a hacerlo… con éxito? Porque ahorrar no es solo reservar el dinero que queda tras pagar los gastos que se puedan tener.
Y es que dados los niveles en los que se está moviendo la inflación, alrededor del 4,00%, el ahorro de toda la vida, el que se va manteniendo cuentas y depósitos va perdiendo valor.
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Ahorro, el 31 de octubre, explicamos aquí algunas vías de acción que te pueden resultar útiles. Porque, empezar a ahorrar (y que se note), no es imposible.
Define un objetivo de ahorro
Más claro o difuso, de mayor o menor magnitud, a corto o largo plazo. Sea como sea el objetivo por el que se va a empezar a ahorrar, establecer una finalidad es de gran ayuda. Para motivarnos y, también, para fijar un plan de acción.
Así, es primordial saber qué se quiere conseguir con el dinero que vamos a ir reservando y cuál va a ser su coste aproximado. Ponerle nombre y apellidos. Como hemos adelantado, nuestro objetivo puede ser muy concreto (un coche nuevo, la entrada para una nueva vivienda, unas vacaciones de ensueño…) o con rasgos más abstractos (ahorrar de cara a la jubilación, para la universidad de tu pequeño…).
Y, a partir de ahí, empezar a hacer números: ¿en cuánto tiempo se quiere alcanzar el objetivo? ¿Cuánto dinero tengo que destinar cada semana o mes al ahorro?
Formas de ahorro: evitar gastos innecesarios
Uno de los primeros pasos para empezar a ahorrar es analizar nuestras finanzas personales. Diagnosticar cuáles son nuestros gastos periódicos (semanales, mensuales, bimensuales…). También es de gran ayuda saber determinar cuáles son necesarios y cuáles superfluos.
Hecho el balance: ¿hay algún gasto que pueda evitar? Si tenemos una respuesta clara, modifiquemos hábitos o cortemos por lo sano con él, por duro que pueda parecer.
Quizás ahora es el momento idóneo para dejar de fumar o de reducir el consumo de café (¿cuántos te bebes en el bar a lo largo de una semana? ¿Puedes tomar menos o hacer una parte en la cafetera de la oficina?).
Más allá de estos casos particulares, otros consejos generales que nos pueden ayudar a ahorrar son: reducir el consumo energético y hacer la mayor parte del uso en las horas más económicas; tirar más de tupper o comer en casa; usar el transporte público o la bicicleta más que el vehículo privado…
… O compartir gastos con la familia y amigos (¿qué tal una cuenta compartida de Netflix o de Disney) y comparar ofertas antes de hacer la compra final. Seguro que encuentras el mismo producto a mejor precio.
Planificación y asesoramiento financiero
Aunque puesto sobre el papel, ahorrar parece fácil, no siempre es así. Y es que solo con cambiar ciertos hábitos puede no ser suficiente (o el monto no puede evolucionar ni a la velocidad o tiempos que nos hemos establecido).
En este sentido, y más allá de transformarnos en una hormiguita (medida que, como hemos visto, hoy por hoy es insuficiente dada la inflación), y si no tenemos grandes conocimientos de economía y banca, se tercia necesaria la figura de un experto que nos ayude a poner orden nuestros números.
Una opción es recurrir a un asesor financiero, como los Family Bankers, figuras impulsadas por Banco Mediolanum, que ayudan en la planificación de las finanzas personales de una forma global.
Esto es, son profesionales que orientan a sus clientes en la toma de decisiones económicas para que estas sean beneficiosas. Para ello tienen en cuenta sus circunstancias y objetivos. Y, en función de ellos, les ayudan a ahorrar e invertir.
Productos bancarios para ahorrar
Otra opción es recurrir a los fondos de inversión, como el Fondo Cartera NARANJA, de ING, que presenta siete posibilidades, en función del perfil del inversor, de más arriesgado a más conservador.
Precisamente para estos últimos, se terciaría un depósito a plazo fijo: producto de ahorro que ofrece al cliente una rentabilidad a cambio de tener el dinero en el banco durante un periodo de tiempo concreto. Hoy por hoy, y comparado con algunos años atrás, la rentabilidad que se ofrece es baja.
En la línea, el Depósito Plus a un año de Banco Sabadell, por ejemplo, que facilita una rentabilidad 0,25 % TAE, 0,25 % TIN, si se cumplen condiciones.
Si no se quiere tener el dinero bloqueado, hay otros planteamientos. Por ejemplo, buscar cuentas de ahorro (o nómina) que ofrezcan alguna rentabilidad o tarjetas de fidelización con descuentos. Por ejemplo, en gasolina. Es una posibilidad a tener en cuenta, por ejemplo, entre personas que dependan del vehículo, como transportistas o comerciales.
Y, por último, pero no menos importante, concienciar a los pequeños de la casa acerca del valor de ahorrar. Con este objetivo, la gran mayoría de bancos disponen de productos destinados a ellos, sobre todo libretas de ahorro, con las que también se puede obtener cierta rentabilidad. Sería el caso de Mi Propia Cuenta, de Banco Mediolanum, con una rentabilidad del 0,50% TIN anual, desde 0 hasta 100.000 euros.
Todo sobre el Día Mundial del ahorro
El Día Mundial del Ahorro se conmemora todos los 31 de octubre desde 1924, cuando se celebró, en Turín (Italia), el Primer Congreso del Ahorro. De su objetivo primigenio queda poco ya que lo que se perseguía en sus orígenes era que la gente que seguía guardando sus ahorros bajo el colchón, los confiara a entidades bancarias.
Ahora, se va por otros derroteros y lo que se intenta, en el Día Mundial del Ahorro, es concienciar a la población acerca de la importancia de no malgastar en gastos innecesarios, de ahorrar de forma cotidiana.
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