viernes, 22 noviembre 2024
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    Entrevista a Raquel Lander, autora de la primera biografía de Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell

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    La periodista Raquel Lander, delegada en Cataluña de la revista ‘Actualidad Económica’, es la autora de Josep Oliu, el banquero estratega, primera biografía que se ha publicado del presidente de Banco Sabadell.

    Un recorrido profesional y personal por la vida de un banquero atípico que ha capitaneado una de las transformaciones bancarias más profundas de los últimas décadas. Y es que, durante los años de la crisis y de la reestructuración bancaria española, la entidad presidida por Oliu ha sido la que más ha crecido. Concretamente, ha doblado su tamaño.

    Para su elaboración Lander ha hecho más de 60 entrevistas a familiares, amigos y conocidos de Oliu, además de bucear en una extensa documentación.

    Todo ello le ha permitido describir a un profesional que dispone de una «fina intuición» para los negocios y un «sexto sentido» para detectar cambios.

    Con una formación exquisita, se doctoró en la Universidad de Minnesota, cuna de varios premios Nobel de Economía, a Oliu le «divierte» diseñar la estrategia de la entidad si bien está menos «cómodo» en el día a día.

    Pero también muestra su parte menos conocida. La de un hombre impaciente, perfeccionista y práctico. De costumbres. Al que le gusta montar a caballo, hacer excursiones y la música.

    Con un pasado ‘hippie’. Optimista por naturaleza pero con un humor variable. Capaz de hospedarse en un hotel de cinco estrellas y cenar en una hamburguesería. Hablamos con Raquel Lander.

    En su primer libro, ¿por qué ha elegido a Josep Oliu y no a otro banquero para escribir la biografía?

    No fue iniciativa mía, sino que fue la editorial La Esfera de los Libros quien contactó conmigo. Ymelda Navajo, la directora, consideraba que era muy oportuno descubrir la historia de este banquero catalán que ha conseguido duplicar el tamaño del Sabadell durante la peor crisis en setenta años. Yo ya le había entrevistado en varias ocasiones y me pareció que era un personaje muy transversal y con una trayectoria vital que merecía la pena contar.

    El libro se titula ‘Josep Oliu. El banquero estratega’. ¿Realmente prima la estrategia en sus decisiones?

    Acertar con la estrategia es lo más difícil para cualquier empresario y precisamente es uno de los aspectos que más sobresale de este banquero. Su fina intuición para los negocios, para ver la segunda y la tercera derivada de las cosas, su sexto sentido para olfatear los cambios…

    Esa capacidad es fruto de su inteligencia y de su formación en la Universidad de Minnesota con cuatro premios Nobel, que le dio un sesgo de pensamiento analítico y crítico muy alto.

    Oliu fue el primer banquero que advirtió públicamente que una crisis económica provocada por una crisis financiera global era potencialmente muy peligrosa, especialmente en España. No por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, sino por el déficit de la balanza por cuenta corriente y por el elevado endeudamiento privado del país.

    Anticipó en conversaciones privadas con otros colegas que la crisis de liquidez de los bancos podía acabar desembocando en una crisis de solvencia cuando eso no era evidente para casi nadie.

    En verano de 2007, mucho antes de la caída de Lehman, fue capaz de dar un viraje estratégico y poner el acento de la maquinaria comercial en la captación de depósitos cuando fue consciente de que los mercados iban a dejar de estar abiertos para todos y a unos costes tan ridículos.

    Dibujar la estrategia del Sabadell es la parte de su trabajo que más le divierte. El día a día de la gestión del negocio le aburre, no se siente demasiado cómodo en el puro ejercicio bancario. De un banco regional o modesto ha formado una de las grandes entidades actuales.

    ¿Cuánto hay de olfato, de estrategia, de suerte y de una gran formación académica?

    Oliu sabía que para dejar de ser un banco del montón necesitaba meterse en un bucle de adquisiciones por todo el territorio español, porque el bancario es un negocio de escala. Su tamaño actual es el resultado de una estrategia bien enfocada de compras, rápida y efizcamente ejecutadas.

    La carrera arrancó en 1996 y ha continuado durante la crisis, con la absorción del Guipuzcoano, Lloyds España, Caixa Penedès, Banco Gallego y la CAM. La compra de la antigua caja alicantina en 2011 fue una buena mezcla de astucia, análisis y ambición.

    Duplicó el tamaño del banco sin poner en riesgo ni un euro del balance y evitó ser absorbido por otra entidad durante el proceso de reconstrucción del mapa del sector, algo que podía haber sucedido.

    ¿Adónde cree usted que Oliu quiere llegar con Banco Sabadell?

    Su gran ilusión es replicar el éxito obtenido en España al otro lado del Atlántico. En Florida, su única incursión significativa, el banco lleva instalado veinte años y ya se ha convertido en el quinto por tamaño. Se dedica a gestionar las fortunas de los hispanos no residentes y a la banca corporativa.

    Para Oliu, esta aventura supone volver a vivir la apasionante historia de crecimiento del Sabadell, pero en Estados Unidos. En México, el Sabadell está montando un banco desde cero, que de momento funciona como una financiera al servicio de las empresas, pero espera obtener este año la licencia para operar como banco comercial.

    La idea es que sea un clon del Sabadell y a partir de ahí extienda sus tentáculos por toda América Latina.

    Quizás choca un poco su pasado ‘hippie’ en la Universidad…

    No tanto. En la Barcelona de finales de los años 60, lo normal era ser de izquierdas y luchar por la democracia. Su marcha a la Universidad de Minnesota en 1972 coincidió con el movimiento ‘hippie’.

    Allí era muy fuerte, aunque no tan auténtico como en California, un ambiente que sí vivió el conseller de Economía de la Generalitat de Cataluña, Andreu Mas-Colell, que a principios de los años 70 impartía clases en Berkeley. Allí es donde nació en realidad todo el movimiento de protesta, el activismo en la lucha contra la guerra de Vietnam y las reivindicaciones para acabar con la segregación.

    El presidente del Sabadell, como gran parte de los de su generación, sigue siendo un progre de los setenta y conserva ese poso de idealismo y su talante socialdemócrata.

    ¿Es Oliu un profesor universitario frustrado? ¿Cree que se podría dedicar a dar clases en el futuro?

    No creo que se sienta frustrado, aunque sí es cierto que se le quedó corto el año que ejerció como catedrático de Teoría Económica en Oviedo. Le costó romper el cordón umbilical con sus alumnos. De hecho, siguió supervisando la tesis de algún recién licenciado estando ya trabajando en el INI. Fue una etapa corta, pero fecunda. Tuvo la generosidad de renunciar a su plaza para que saliera de nuevo a concurso y trabajara para elevar la reputación académica del departamento.

    Seguramente nunca vuelva a dar clases, pero sigue muy vinculado al mundo académico. Cuando el Sabadell compró Banco Herrero potenció los programas de becas en prácticas y creó un premio para investigadores menores de 40 años con proyección exterior que está considerado el más serio del país.

    El Sabadell también patrocina un premio de investigación biomédica para jóvenes. Cuando dentro de unos años Oliu deje el banco y disponga de más tiempo, probablemente dedique parte de él a ayudar al mundo académico, en un sentido u en otro.

    ¿Ha leído Oliu el libro? ¿Le ha comentado algo al respecto?

    Fue el primero en hacerlo y dice que se siente bastante retratado. La mención a la sucesión, sin embargo, le parece prematura. Él se ve fuerte y con ilusión para continuar unos años más a pesar de la caída del caballo que sufrió en septiembre, de la que está totalmente recuperado.

    Hace apenas unos meses, Sol Daurella dejó el Sabadell. Dicen que Oliu se tomó a mal la marcha. ¿No se lo esperaba? ¿Es un nuevo caso como el de Juan María Nin, que dejó la entidad para ir de número dos a «la Caixa»?

    Según fuentes del banco, la noticia fue recibida con sorpresa y malestar porque todo el consejo entendió que su renuncia estaba relacionada con sus responsabilidades al frente de Coca-Cola Iberian Partners.

    Se enteró de su incorporación al Santander prácticamente a la vez que se hacía pública. Con Juan María Nin vivió un episodio parecido en 2007 cuando fichó como número dos de «la Caixa».

    La diferencia es que en aquel caso se trataba de un ejecutivo y Daurella era un miembro del consejo y, como tal, una persona de total confianza personal del presidente.

    Maica López
    Maica López
    Periodista especializada en información financiera. En CrediMarket.com desde 2013. Antes he trabajado en Bankimia y 20 minutos, entre otros. Me encanta la novela negra, la música y bailar jazz.
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