Hacer unas reformas en el hogar pueden llegar a suponer el desembolso de una considerable cantidad de dinero. Cambiar un baño o la cocina, amueblar de nuevo, ampliar espacios… Conllevan un gasto importante.
Por eso es importante conocer qué opciones hay en el mercado para poder financiar la reforma y cuáles son sus ventajas e inconvenientes.
¿Qué opciones tenemos?
Bancos, cajas y financieras ofrecen, fundamentalmente, dos opciones para financiar las reformas de una casa.
– Con garantía personal: se trataría de préstamos y créditos para reformar la vivienda.
– Con garantía hipotecaria: correspondería a la solicitud de una nueva hipoteca o ampliación de la ya existente.
Cada una de estas opciones presenta sus ventajas pero también sus inconvenientes. Y antes de tomar una decisión hay que valorar diferentes aspectos. Dependiendo de la cantidad que se necesite para afrontar la reforma, interesará más un préstamo o una hipoteca.
¿Cómo son los préstamos para obras?
Las características de los préstamos reformas están en línea con la del resto de préstamos al consumo.
Los tipos de interés van desde el 4% al 12,00%, dependiendo de la vinculación del cliente con la entidad, su solvencia, el importe que se pide, el plazo al que se suscribe…
La cantidad máxima que se puede pedir son 60.000 euros y los plazos de amortización se mueven en torno a los 5 y 10 años. Sobre los requisitos para su concesión, son los mismos que para cualquier otro tipo de préstamo personal.
¿Préstamo o hipoteca?
La pregunta del millón a la hora de afrontar una obra de envergadura: ¿es mejor contratar un préstamo o una hipoteca?
No existe una respuesta concreta, ya que dependerá del perfil y necesidades de cada uno. Con todo, cada producto presenta unas ventajas… Y unas desventajas. Los comparamos:
Ventajas de los préstamos frente a las hipotecas:
– Los préstamos aplican comisiones más bajas (fundamentalmente de apertura y cancelación)
– Los gastos de formalización del préstamo son también más livianos (en la hipoteca hay que hacer tasación)
Desventajas:
– Los tipos de interés de los préstamos son más elevados de los que aplican las hipotecas
– Financian menos cantidad de dinero
– Plazos de amortización más cortos, la mayoría de hipotecas se extiende hasta 30 años (en algún caso puntual, 40)
Aspectos a tener en cuenta
A la hora de contratar uno u otro producto hay que valorar, no sólo el capital que necesitará financiar sino también los gastos de formalización de un tipo u otro de préstamo y comparar entre toda la oferta que ofrece el mercado.