Actualmente son muchas las personas que buscan financiación, ya sea para poder irse unos días de vacaciones, para hacer frente a deudas o a gastos determinados.
Pero, ¿qué es mejor usar la tarjeta de crédito o solicitar un préstamo personal? Pues, dependerá de varios factores. Vamos a analizarlo a continuación:
Características del préstamo personal
El préstamo es un acuerdo entre dos partes, un prestamista, que es la entidad financiera y un prestatario, que es el cliente o beneficiario, a través del cual el primero le presta una cantidad de dinero fija al segundo, el cual se compromete a devolverlo en un determinado plazo de tiempo, ya sea de una vez o en varias cuotas. Este acuerdo conlleva unos intereses y comisiones.
A cambio de tener un tipo de interés preferente, son muchas las entidades bancarias que exigen tener una vinculación, como por ejemplo domiciliar la nómina, recibos y contratar productos adicionales, como tarjetas y seguros, con los cuales se ha de vigilar, porque pueden aumentar la TAE (tasa anual equivalente), es decir el tipo de interés efectivo que realmente vamos a pagar. Cabe añadir que las hipotecas son un tipo de préstamo, con unas características específicas de financiación.
Los préstamos, frente a las tarjetas de crédito, tienen la ventaja de que pueden solicitarse grandes sumas de dinero a devolver a largo plazo. Pero, con un tipo de interés que puede llegar a superar el 22% nominal.
Características de la tarjeta de crédito
Se trata de un medio de pago que sustituye al efectivo, por eso también se le conoce como dinero plástico. Como ventajas, podríamos destacar que permite financiar las compras mediante la disposición de fondos que no se tienen, evitando así tener que solicitar un préstamo personal.
Asimismo, la mayoría de las tarjetas de crédito no aplican intereses si la deuda se liquida mes a mes. También cabe subrayar que muchas de ellas tienen incentivos como promociones o descuentos especiales y seguros asociados (de viajes, accidentes compras, etc.).
No obstante, estos beneficios no son gratuitos, por esta razón la tarjeta debe asociarse a una cuenta corriente en la entidad que la tramita con los gastos que ello conlleva. Además, la tarjeta como tal, también tiene gastos adheridos, como las comisiones, productos vinculados e intereses, los cuales se ven reflejados en la TAE, que puede llegar a superar el 26%.
¿Qué escoger tarjeta de crédito o préstamo personal?
Dependerá de la cantidad de dinero que necesitemos. A parte hemos de tener en cuenta que los préstamos personales ofrecen la posibilidad de financiación de montos superiores a las tarjetas. En primer lugar, tenemos que elegir la cantidad que deseamos y el factor más importante a valorar es decidir en qué plazo de tiempo queremos devolver el préstamo.
La tarjeta de crédito es útil para hacer frente a algunos gastos imprevistos y como hemos comentado anteriormente, lo más conveniente es que se pague la deuda a final de mes para así evitar pagar al banco grandes cuantías en concepto de intereses.
Si por el contrario, vamos a tardar más de 30 días en amortizar la deuda, deberíamos comparar diversos préstamos con las tarjetas de crédito, ya que es probable que la TAE de los préstamos personales sea inferior a la de las tarjetas.
También es importante considerar que normalmente los pasos a seguir para contratar una tarjeta de crédito son más rápidos que para solicitar un préstamo, pero no todas las tarjetas de crédito se obtienen con la misma facilidad, ya que en ocasiones la entidad puede hacerle esperar largos periodos de tiempo, hasta más de seis meses, a fin de conocerle como usuario.