Aunque la mayoría de las imposiciones a plazo que comercializan las entidades bancarias ofrecen una rentabilidad pactada de antemano, en el mercado existen otros depósitos cuyo rendimiento no se conoce previamente ya que éste depende de la evolución del activo al que esté vinculado.
Son los depósitos referenciados, cuya rentabilidad está ligada, total o parcialmente, a la evolución de un determinado activo (índice bursátil, acciones, divisas, fondos de inversión, etc…).
¿Qué características tienen?
Estos son sus principales rasgos:
- Rentabilidad: Es una de sus principales características diferenciadoras. El rendimiento que se puede obtener con un depósito referenciado es mayor que el que se obtendría con uno «tradicional», aunque también se corre el riesgo de no obtener ninguna rentabilidad ya que ésta depende de la evolución del activo al que esté vinculado. En los depósitos referenciados, además, no se conoce de antemano cuál va a ser el rendimiento final de nuestra inversión (los bancos, sin embargo, suelen marcar una horquilla entre los que se va a situar la rentabilidad final del producto).
- Garantía de inversión: Al igual que ocurre con los depósitos tradicionales, la inversión en los depósitos referenciados suele estar garantizada al 100%. La pérdida nunca será por debajo del importe desembolsado (no obstante, es aconsejable preguntar al banco si garantiza el 100% del capital invertido).
- Plazo: Los plazos de estos depósitos son muy variados y pueden ir desde un año hasta los 10 años. A la hora de elegir un plazo para un depósito es aconsejable que éste se adecue a las necesidades de liquidez y al horizonte de inversión. Al igual que ocurre en los depósitos ordinarios, en los referenciados no se puede recuperar el capital invertido (más los intereses) hasta la fecha de vencimiento. Si se recupera antes, es posible que el banco aplique una penalización.
- Periodo de suscripción: En los depósitos referenciados existe un periodo de suscripción único que finaliza en la fecha establecida o cuando se suscribe el importe total comprometido. Una vez finalizado el periodo de suscripción no se permite la contratación del producto.
Al igual que ocurre en los depósitos «tradicionales», en los depósitos referenciados suele existir un importe mínimo a invertir. Así, por ejemplo, el Depósito Eurostoxx Up 18 III de Banco Sabadell se puede contratar desde una inversión mínima inicial de 600 euros y hasta el próximo 15 de mayo.
A un plazo de 18 meses, ofrece un rendimiento vinculado a la evolución del Eurostoxx 50 (índice bursátil formado por las 50 empresas más importantes que cotizan en las bolsas de 12 países de la eurozona).
Antes de contratar un depósito referenciado hay que evaluar…
Antes de contratar un depósito referenciado es aconsejable valorar el hecho de que no se conoce de antemano la rentabilidad que se va a obtener y de que ésta puede ser cero. Además, los activos a los que esté referenciado el depósito deben tener capacidad de revalorización.
También es conveniente saber cuándo se obtendría la rentabilidad del depósito (por lo general se obtiene al vencimiento del mismo) y cómo se calcula ( no es lo mismo que se tenga en cuenta la rentabilidad media del índice o valor de referencia a que se calcule en términos absolutos, es decir, desde la fecha de contratación hasta la fecha de vencimiento).