Descubre todo lo que debes saber acerca del finiquito. Qué es y cuándo y cuánto se cobra, así como tipos de finiquito y algunos ejemplos prácticos con cálculos.
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Qué es el finiquito
El finiquito es la suma de dinero que un trabajador tiene pendiente de cobrar al terminar su relación laboral con una empresa. La reciben todos aquellos empleados que tengan conceptos pendientes. Por ejemplo, incluye días trabajados, vacaciones no disfrutadas, horas extras, gratificaciones, etc. Los puntos clave a tener en cuenta son:
- El finiquito es una cantidad de dinero que el trabajador recibe al terminar el contrato laboral, siempre que existan cuestiones que estén pendientes de cobro.
- Al terminar una relación laboral, la empresa debe entregar el documento de finiquito. En él tienen que aparecer todos los conceptos a los que se tiene derecho. El trabajador debe firmarlo si está de acuerdo con lo que se le ofrece. Si no, debe indicar “no conforme”. En este caso, la empresa debe hacer firmar a uno o varios testigos que darán fe de que el documento ha sido entregado al trabajador.
- La empresa dispone de un plazo temporal determinado para abonar el finiquito al empleado. Aunque los periodos concretos no están fijados por ley, los convenios colectivos sí suelen contemplarlos. En cualquier caso, se acostumbra a pagar o el mismo día de la carta de despido o junto a la última nómina.
- El trabajador puede interponer una reclamación si no lo recibe o si estima que la cantidad que le proponen es inferior a la que debiera ser.
- Si un empleado se va de una empresa de forma voluntaria, también tiene derecho al finiquito.
¿Y si la empresa no da el documento de finiquito?
Si se diera el caso de que una empresa no entregara el documento de finiquito a un trabajador que concluye su etapa laboral, este lo tendría que reclamar. Y pedirlo por correo electrónico, burofax o bien entregando físicamente una reclamación en la empresa.
Si aún así se negara a facilitarlo, se tendría que presentar una denuncia ante la inspección de trabajo.
Diferencia entre finiquito e indemnización
Es importante no confundir el finiquito con la indemnización. Como hemos indicado, el primero es una cantidad de dinero que se debe. Tanto si se trata de un despido como de una baja voluntaria o la finalización del contrato.
Por otra parte, la indemnización es el dinero que el trabajador puede recibir, además del finiquito, para ser compensado por haber sido despedido de manera improcedente.
Cómo se calcula el finiquito: ejemplos
Vamos a ver en este apartado dos casos habituales a la hora de calcular el importe del finiquito.
Salario pendiente
Se refiere al dinero que ha de cobrar un empleado por los días trabajados durante el mes en el que termina la relación laboral con una empresa.
Por ejemplo, un empleado que tiene una nómina mensual de 1.800 euros y el último mes de relación laboral, por ejemplo, abril, trabajó 10 días tiene derecho a cobrar esos días.
Para calcular el finiquito, se tendrá que saber cuánto cobra diariamente. Dividimos 1.800 entre los 30 días del mes y tenemos 60 euros diarios. Al haber trabajado 10 días le corresponde recibir 600 euros.
Pagas extraordinarias
Supongamos que la relación laboral entre un trabajador y una empresa termina el 12 de noviembre. Y que el empleado no tiene las pagas extra prorrateadas. Eso significa que en su día cobró la paga extra de verano (1.500 euros), pero no la paga de navidad (otros 1.500 euros).
En este caso, primero se tiene que averiguar a cuánto asciende la paga por día dividiendo 1.500 entre 365. El resultado, 4,10 euros.
Ya solo nos resta hacer un cálculo más. Multiplicar ese importe por las jornadas trabajadas en el año (316). Es decir, 4,10 euros por 316 días. En total, 1.295 euros
Finiquito con la baja voluntaria
Cualquier trabajador tiene derecho a recibir el finiquito. Incluso si es él quien decide, de manera voluntaria, poner final a la relación laboral. Eso sí, para cobrarlo debe haber aspectos pendientes de pago. Entre ellos:
- El salario por los días trabajados tras la última nómina.
- La parte proporcional de las pagas extraordinarias no prorrateadas y no recibidas.
- Las vacaciones no disfrutadas.
- Las horas extraordinarias no cobradas.
- Bonus.
- Etc.
Finiquito por despido
De la misma manera, el finiquito se debe cobrar cuando se produce un despido. Y de igual manera corresponde a la parte proporcional de la nómina. Por ejemplo, si se despide a alguien el día 18 de un mes, esa persona debería recibir el pago por los días que ha trabajado.
Pongamos que su sueldo es de 2.000 euros, al dividirlo entre 30 jornadas de trabajo que hay en el mes obtenemos que el salario por día es de 66,66 euros. Si se multiplica por los días, obtendremos el importe del finiquito: 1.199 euros.
A ello habría que sumar, como vimos anteriormente, la parte proporcional de las pagas extraordinarias no prorrateadas y no recibidas, las vacaciones no disfrutadas y las horas extraordinarias no cobradas.
Finiquito por fin de contrato
Otro caso en el que el trabajador tiene derecho a cobrar el finiquito: cuando se acaba el contrato laboral. En este caso, pongamos que el empleado tiene una nómina de 2.000 euros mensuales y la relación laboral finaliza el 15 de abril.
Como en el supuesto anterior, el salario diario será de 66,66 euros. Así, si trabajó 15 días, el finiquito será de 1.000 euros (66,66 por 15). Y, como siempre, habrá que añadir las pagas extraordinarias, vacaciones, etc.
Finiquito fijo discontinuo
Una situación peculiar a la hora de cobrar el finiquito, ya que el empleado alterna periodos de tiempo en los cuales está trabajando con otros en los que no lo hace, por lo que su relación laboral con la empresa es discontinua.
La clave está en que en ningún momento se extingue ni finaliza la relación laboral entre el trabajador y la empresa, ni siquiera en los periodos en los que no trabaja.
Este es el motivo por el cual la jurisprudencia considera que el dinero que cobra cada vez que termina un periodo de actividad no se puede considerar finiquito, puesto que son conceptos salariales generados por su actividad productiva desde la última nómina. Por tanto, no es finiquito, sino liquidaciones proporcionales.
En cambio, sí tendrá derecho al finiquito que le corresponda cuando realmente termine la relación laboral con la empresa, pero mientras, gozará del derecho a percibir lo que se le deba por realizar su trabajo.