Cuando en nuestra cuenta no hay fondos suficientes para pagar los recibos y facturas, el banco se encarga de evitar que queden impagados y para ello te presta un dinero a corto plazo. Esto se conoce como descubierto tácito.
Qué es un descubierto tácito
Un descubierto tácito en una cuenta consiste en que el banco pone dinero en ella cuando no se disponen de fondos suficientes para hacer frente a un pago. De esta manera, se puede evitar tanto estar en negativo como que se devuelvan los recibos por falta de liquidez.
Es una situación más habitual de lo que se cree, puesto que existen diversos motivos por los que podrías no tener dinero suficiente en tu cuenta:
- Retraso en los ingresos: el pago de la nómina, de la pensión, de las rentas del alquiler…
- Una situación financiera delicada porque los ingresos económicos se han reducido.
- Porque se han acumulado demasiados recibos y facturas para pagar.
Por tanto, se podría decir que es como un préstamo que el banco te hace sin que tú lo pidas, y su finalidad es poder tener capital a corto plazo para pagar los recibos que te lleguen.
Al tratarse de una préstamo, tu obligación será devolver el dinero junto con los intereses correspondientes. Para ello no tendrás que hacer nada, en cuanto ingreses dinero en tu cuenta, el banco se encargará automáticamente de descontarte el saldo debido.
Qué implica un descubierto tácito
Cuando se produce un descubierto tácito, la primera consecuencia es que debes una cantidad de dinero a tu banco. El importe de la deuda estará conformado por el capital que ingresó, los intereses que pueda generar y las comisiones que pueda aplicar.
La segunda consecuencia es que, por regla general, las entidades solo mantienen el descubierto tácito por un periodo no superior a los 90 días. Esto significa que pasado ese tiempo, si aún no has ingresado en tu cuenta el dinero suficiente, la deuda se convertirá en lo que se denomina crédito de cobro dudoso.
Por tanto, cuando se produce un descubierto tácito hay darle máxima prioridad y, en cuanto se disponga de capital, ingresarlo en tu cuenta y de esta manera se saldará automáticamente y al instante.
Cuándo se produce un descubierto tácito
Se produce un descubierto tácito cuando el saldo de tu cuenta bancaria es insuficiente para pagar la cuantía que suman los recibos y facturas que se te cargarán.
Ejemplo de descubierto tácito
Por ejemplo, imagina que estamos a 25 de enero y en tu cuenta quedan 300 euros. Generalmente, a estas alturas del mes, habría bastante más. Pero el día anterior te surgió un gasto tan inesperado como elevado: tuviste que comprarte un ordenador nuevo y otros complementos porque se te ha estropeado y lo necesitas para trabajar.
Sabes que el 26 de enero te van a llegar varios recibos por importe de 600 euros y que en 4 días recibirás tu nómina de 2.000 euros. El problema es que tienes en la cuenta 300 euros.
Así, cuando llegan los recibos y el banco te pone los 300 euros que faltan para evitar que por falta de liquidez, es cuando se produce el descubierto tácito.
Tras ello, le debes al banco 300 euros. Y cada día que pase sin que en tu cuenta haya al menos ese importe, la deuda aumentará por los intereses. Así, cuando el 1 de febrero te paguen la nómina de 2.000 euros, de manera automática y al instante, el banco descontará los 300 euros más los gastos e intereses que ha generado, quedando el descubierto tácito cancelado.
Qué gastos conlleva un descubierto tácito
Un descubierto tácito conlleva una serie de gastos extra que tendrás que devolver al banco junto con el dinero que te prestó. Y variarán en función de la entidad, el importe que se deba y el tiempo que se tarda en abonar la deuda. Con todo, generalizando, son:
- Intereses: multiplicará la cantidad de dinero que debes por el número de días que tu cuenta se ha encontrado en descubierto y por el tipo de interés pactado.
- Comisiones: son un porcentaje y se aplican sobre la mayor cantidad de dinero se ha debido debiendo. No puede ser mayor a 2,5 veces el interés legal del dinero.
- Gastos de gestión: por los trámites que el banco ha de hacer para regularizar tu situación.
Tanto los intereses como las comisiones y los gastos de gestión han de venir recogidos en el contrato de apertura de cuenta que firmaste en su momento. De manera que ahí puedes saber concretamente a cuánto ascienden.
5 ‘tips’ para evitar un descubierto tácito
En la mayoría de las ocasiones podemos evitar un descubierto tácito. Salvo un imprevisto, siempre podemos y debemos adelantarnos a ese escenario. Te damos varios consejos:
- Planificación: establece un presupuesto en el que aparezca de forma clara todas tus fuentes de ingresos y tu pasivo (gastos, deudas), con las fechas de entrada y salida de dinero. De esta manera, tendrás una imagen real de tu situación financiera y sabrás cada día cuánto dinero te entra o te sale de la cuenta.
- Adaptación: has de llevar un nivel de vida acorde a tu situación financiera. Si ingresas 2.000 al mes y calculas unos gastos de 1.700, intenta gastar lo mínimo.
- Ahorra: siguiendo con el ejemplo anterior, si te sobran 300 euros no es necesario gastarlo, lo ideal es guardarlo y de esta manera ir poco a poco constituyendo un colchón o fondo de emergencia por si más adelante te surge alguna necesidad o gasto imprevisto.
- Adelanta pagos: si tienes deudas periódicas, por ejemplo el pago fraccionado de compras, intenta los meses que te vaya mejor devolver una cuota más elevada. De esta manera te quitarás deudas antes de lo estipulado.
- No es lo más recomendable, pero para casos puntuales y sabiendo que la falta de efectivo no será un problema más adelante, puedes utilizar tu tarjeta de crédito para disponer de capital en tu cuenta y evitar el descubierto bancario. Es muy sencillo, en la actualidad los bancos te permiten traspasar saldo de la tarjeta de crédito a tu cuenta haciendo un solo clic desde la página web.