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    Cómo elegir una cuenta bancaria

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    Si estás pensando en contratar una cuenta bancaria y has empezado a recopilar algo de información, seguro que te has dado cuenta de que existen multiplicidad de opciones: cuentas corrientes, remuneradas, nómina, joven… Aquí te las explicamos todas, con ejemplos.

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    Cuentas bancarias: cómo son

    En el mercado bancario encontrarás varios tipos de cuentas, cada una con un tipo de operativa. Más o menos interesantes en función de tus necesidades, las gestiones que debas hacer con tus finanzas personales y tus objetivos.

    Así, las hay para gestionar los gastos del día a día, para ahorrar, para vincularse con la entidad a cambio de obtener beneficios o para un sector muy concreto de la población (por ejemplo, los jóvenes).

    Te explicamos todo acerca de las cuentas bancarias y te detallamos cómo son cada una de ellas en este artículo.

    Documentación para abrir una cuenta

    En general, son pocos los documentos que se necesitan para abrir una cuenta bancaria. Puede variar en función de la entidad y del tipo de cuenta, como veremos más adelante, no es lo mismo una cuenta corriente que una nómina, también de los servicios asociados (si tiene vinculada una tarjeta de crédito). Pero en general te pedirán:

    • Copia, por ambas caras, de un documento identificativo. Puede ser el DNI o el NIE. Siempre vigente, sin caducar.
    • Datos personales: un número de teléfono, un correo electrónico, etc.

    Una vez entregados, se tendrá que firmar el contrato de suscripción de la cuenta. Es ahí cuando, posiblemente, y en virtud de la normativa de prevención del blanqueo de capitales, la entidad te pida que aportes algún documento más, en el que se justifique el origen del dinero que vayas a ingresar.

    Y decimos posiblemente porque, si no te lo exige en ese momento, lo haga más adelante. Tenlo presente ya que, si no aportas la documentación, podrá bloqueártela.

    Servicios de las cuentas bancarias

    Las cuentas bancarias suelen tener asociados varios servicios. Estos son los más habituales:

    • Tarjetas de débito o de crédito.
    • Servicio de banca a distancia.
    • Correspondencia, en papel –cada vez menos- u online.
    • Domiciliaciones de recibos, ingresos, etc.

    Antes de aceptarlas, revisa bien sus condiciones: qué gastos tienen (si los tienen). Por ejemplo, costes periódicos y fijos o comisiones. Y valora si las vas a utilizar. ¿De qué le sirve una tarjeta de crédito a una persona que prefiere pagar en metálico o con una de débito porque así tiene sus gastos más controlados?

    Comisiones de las cuentas bancarias

    Las comisiones y gastos que puede tener una cuenta bancaria dependen del tipo de cuenta y de la política que tenga, al respecto, la entidad que la comercializa.

    La más habitual (aunque no siempre: en las cuentas online o en las cuentas nómina no acostumbra a existir) es la de mantenimiento o administración. Se cobra de forma periódica (trimestral, semestral, anual) y suele ser un importe fijo.

    Existen otras comisiones, pero relacionadas con la operativa. Sería el caso de los cobros por hacer determinadas transferencias, por ingresar en algún soporte concreto como cheques… Y también puede darse el caso de que se cobre en función de si se cumplen determinados requisitos.

    Tipos de cuentas bancarias

    A continuación, detallaremos cómo son los principales tipos de cuentas bancarias. Los hemos dividido en cuatro apartados.

    Cuenta corriente

    Es lo que popularmente se conoce como libreta bancaria. Te permite disponer de tu dinero en cualquier momento y ejecutar las operativas del día a día: ingresar o sacar efectivo, realizar transferencias, asociar tarjetas de crédito o de débito…

    Se pueden contratar online, por teléfono o en la sucursal del banco que consideres. Como cualquier cuenta, puedes manejarla a través de la aplicación del móvil de la entidad.

    Aunque no es obligatorio, siempre puedes ampliar sus funciones: domiciliar tus ingresos o algunos gastos periódicos. Y aumentar los beneficios, habitualmente, deshacerte de algunas comisiones o facilitar cierta rentabilidad.

    Sería el caso de la Cuenta Freedom, de Banco Mediolanum. Destinada a personas físicas, ofrece una remuneración del 3,00 % TIN anual durante los tres primeros meses para nuevos clientes siempre que el saldo ingresado oscile entre los 15.000 euros y los 100.000 euros.

    Pasado ese tiempo, la remuneración variará según la inversión que se tenga en productos de gestión y puede ir del 1,28 % TAE para un mínimo de 50.000 euros hasta el 1,90 % TAE de mínimos de 2.000.000 euros.

    La Cuenta Freedom no aplica, además, comisiones de mantenimiento, ni por las tarjetas o el servicio de banca telefónica, móvil u online. Tampoco por las transferencias nacionales o aquellas que se hagan en euros a los Estados del Espacio Económico Europeo y no superen los 50.000 euros. Ni por los SMS informativos.

    Pero si se quiere ir más allá, se puede domiciliar la nómina y suscribir el Servicio Crédito Nómina, abrir una segunda cuenta vinculada sin gastos o disfrutar de Bizum.

    Cuentas de ahorro

    Las cuentas de ahorro están pensadas para guardar el dinero en el banco a cambio de cierta rentabilidad. Sin más. De hecho, su operativa es limitada y no va más allá de ingresar o sacar dinero y recibir o enviar dinero a otra cuenta corriente mediante un traspaso o transferencia.

    Actualmente, no encontramos una gran oferta de cuentas de ahorro. Básicamente, por un cambio de estrategia comercial de las entidades: son muchos los bancos que, para captar clientes, brindan cierta rentabilidad a la hora de contratar una cuenta corriente.

    En general, las pocas cuentas de ahorro que hay apenas alcanzan el 1,00% TAE. Aunque hay excepciones. Por ejemplo, la Cuenta de Ahorro Bienvenida de Openbank, que facilita un 2,27 % TAE (2,25 % TIN) durante el primer año. Los intereses se liquidan casa mes.

    En este caso, se ponen límites a la imposición: hasta 100.000 euros. Y el dinero (más los intereses que genere) siempre están disponibles. Además, no tiene comisiones de apertura, mantenimiento o cierre.

    Cuentas nóminas

    Son una opción más sofisticada de las cuentas corrientes. Aunque su operativa es muy similar, para abrir una cuenta nómina es imprescindible domiciliar unos ingresos. Suele ser una nómina, pero también puede tratarse de una pensión o una prestación por desempleo. El caso es que cada mes haya esta entrada de dinero.

    A cambio de la vinculación, que el titular puede eliminar en cualquier momento, la entidad te puede ofrecer algunas ventajas. Normalmente, eliminar comisiones; en el caso de contratarla a la par de una hipoteca, una bonificación o rebaja del tipo de interés; algún tipo de regalo (incluso montario), o facilitar ciertos servicios siempre y cuando se cumplan otros requisitos.

    Es el caso de los préstamos o anticipos de nómina, financiación de baja cuantía con unas condiciones atractivas. Aquí encontramos la Cuenta Nómina de Banco

    Santander, que permite contratar el servicio de Anticipo, préstamo preconcedido a través del cual se puede adelantar el importe de dos nóminas netas (hasta un máximo de 9.000 euros), a devolver entre 1 y 12 meses.

    En este caso, no se cobran intereses pero sí una comisión de apertura, que oscila entre el 1,50 % y el 4,00 %, en función del plazo de devolución. Cuanto más largo, más alto. En cualquier caso, para poder acceder a él, la nómina domiciliada debe ser de, al menos, 600 euros mensuales.

    Cuenta joven

    Una cuenta joven no dista de cualquier otro tipo de libreta. Básicamente, la principal diferencia es que está dirigida a un público muy concreto: personas que no superan determinada edad. Así, la edad mínima suele partir de los 18 y la máxima, depende de la entidad. No va más allá de los 26 o los 30 años.

    Es muy común que en este tipo de cuentas no haya comisiones y tengan asociados beneficios y descuentos, relacionados con viajes y con el ocio. Tampoco requieren de muchas vinculaciones.

    En la línea, BBVA comercializa la Cuenta Joven Online, que se suscribe a través de internet. Y no tiene comisiones. Tanto ella (de administración o mantenimiento) como los servicios asociados (una tarjeta de débito, la opción de sacar dinero a débito en cajeros BBVA, ni en transferencias online en el Espacio Económico Europeo).

    Además, no requiere domiciliar ingresos o recibos. Tampoco tener un saldo mínimo. Y ofrece descuentos en determinados comercios (de tecnología, alimentación y moda, sobre todo) y facilidades en viajes (como no tener que abonar comisiones bancarias en el extranjero).

    Qué cuenta bancaria elegir

    Existen múltiples opciones a la hora de contratar una cuenta bancaria. Así que, antes de decidirte por una u otra, te recomendamos que compares condiciones, beneficios y características para elegir aquella que concuerda con tus necesidades como usuario.

    Maica López
    Maica López
    Periodista especializada en información financiera. En CrediMarket.com desde 2013. Antes he trabajado en Bankimia y 20 minutos, entre otros. Me encanta la novela negra, la música y bailar jazz.
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