Parece que la demanda de crédito remonta. Así lo demuestran los datos del Banco de España en referencia a los préstamos al consumo. Las nuevas operaciones se mantuvieron en enero, ya que se registraron operaciones de financiación para los hogares por valor de 1.554 millones de euros, una cifra considerablemente más alta que los 1.181 millones de euros de enero de 2015.
Asimismo, tal y como se desprende de las estadísticas de la zona euro, que reflejan la incipiente recuperación del crédito al consumo. Como se aprecia en el gráfico superior, las tasas de crecimiento de los préstamos para consumo a los hogares de la zona euro han repuntado en los últimos meses, el 4% en la zona euro y casi el 9% en España.
Ante este contexto, el abogado Ángel de Jasso, con experiencia en el mundo de la gestión del crédito y deudas responde al comparador de productos bancarios Credimarket.com, algunas cuestiones sobre acceso a financiación y morosidad.
De Jasso se encuentra inmerso en dos proyectos centrados en el asesoramiento y defensa de deudores ante negociaciones y procedimientos judiciales, tanto para empresas a través de Gestideuda.com, como para particulares, Tedefendemos.es.
Según los datos del Banco de España la demanda del crédito para el consumo ha aumentado en los últimos meses, ¿qué explicación tienen estas cifras?
Es cierto que en el último año ya se va viendo un cierto movimiento en la economía. Muchas veces ello viene provocado por una serie de datos que va sacando el Gobierno y que apuntan en ese sentido; es un poco de inercia que se sigue de unos datos potencialmente buenos que invitan a intentar mejorarse.
Si tiramos de hemeroteca, veremos que cíclicamente van saliendo noticias en las que se habla del aumento de la demanda de crédito para el consumo, pero si echamos un vistazo a los datos que sacan los informes del Banco de España, vemos que si bien es cierto que hay un repunte, llegando quizás a niveles de 2006, también es cierto que en 2014 hubo otro repunte similar que no fue más que un pico antes de una nueva caída.
Mi sensación es que tras diez años de crisis y con una demanda de crédito al consumo en el hogar en niveles ‘subterráneos’, los puntuales repuntes no obedecen sino a la necesidad de los hogares en general. Durante mucho tiempo la situación no ha invitado a invertir en mejoras del hogar, coches…; pero llega un momento en que la propia necesidad u obsolescencia de algunas cosas hacen que suba la demanda. Pero no es estable, al menos hasta ahora.
A mi entender el hecho de que la demanda en unos meses haya subido no es más que un dato puntual que se convertirá en tendencia si se mantiene en el tiempo.
¿Cree que las entidades bancarias aumentarán sus partidas para préstamos? En ese caso, ¿aumentarán también las vinculaciones con el cliente?
La realidad es que las partidas para préstamos de las entidades bancarias y financieras sería difícil que bajaran más. Llevamos demasiado tiempo con un parón provocado por la renuncia de dichas entidades a arriesgar, reflejadas en denegaciones continuas y paralización del mercado, no solo de consumo, sino también de vivienda.
Dice el refrán ‘días de mucho, vísperas de poco’ y los bancos lo han cumplido a la perfección. Tras unos momentos en que bastaba que pasaras por la puerta de un banco para que te ofrecieran e incluso otorgaran un jugoso préstamo, nos hemos encontrado con tiempos en los que la negativa era algo habitual y la solicitud de garantías a veces absolutamente desproporcionada.
Son ciclos, pero el hecho de que las entidades bancarias se estén lanzando de manera casi salvaje a cobrar comisiones que durante los últimos años no contemplaban, me induce a pensar que siguen considerando que en el crédito no hay tanto negocio y han de recuperarse.
¿Se recuperarán los niveles de concesión de crédito anteriores a la crisis?
Los niveles de concesión de crédito previos a la crisis serán difícilmente alcanzables, entre otras cosas, por la absoluta irrealidad de los niveles de entonces. Como decía antes, la facilidad para conseguir financiación era extrema, la capacidad de endeudamiento de las familias parecía ilimitada (al menos para las entidades) y la existencia de entidades financieras que eran dirigidas por amiguismos políticos y que no respondían de sus resultados ante nadie favorecía la situación.
Eso ya no creo que vuelva a ocurrir, la concentración bancaria, la desaparición de las cajas, la profesionalización o despolitización de la gestión y la enseñanza que nos da el pasado, provocarán que sea difícil volver a esos niveles (por no decir imposible). Es difícil saberlo.
Por ejemplo, la aparición de fondos de inversión que han ‘liberado’ a las entidades de muchas de sus deudas, pueden ayudar a que mejore el crédito pues las entidades no tendrán que tener tantas provisiones, pero llegar a los niveles que han provocado la situación que hemos vivido en los últimos seis u ocho años, será complicado.
En cuanto a la morosidad, hemos visto que en los últimos meses ha ido a la baja. ¿Se mantendrá esta tendencia, o por el contrario aumentará?
La morosidad es algo intrínseco a las relaciones comerciales. Desde el momento en que hay una venta, hay morosos. Por una razón u otra, la morosidad existe tanto en los momentos más altos de la economía como en los momentos de crisis. Es cierto que afecta de manera diferente, es decir, por poner un ejemplo, en momentos buenos de la economía habrá un 1-2% de morosidad y en los momentos malos podremos llegar al 10%.
El descenso de la morosidad va íntimamente ligado al nivel de crédito que hay en el mercado financiero. Es obvio que a menos crédito, habrá menos morosidad. Es más, en momentos en que no hay crédito porque el banco ha ‘cerrado el grifo’ poniendo unos niveles altos de análisis de riesgo, los créditos que sí se han otorgado son menos susceptibles de entrar en mora que los que se otorgaron en momentos anteriores.
¿Se mantendrá la tendencia? Es de esperar que sí, que se mantenga en unos niveles más bajos que los de los últimos años. La calidad de los deudores y lo estricto de las políticas de riesgos de las entidades ayudarán a que la morosidad baje.
De todas formas, los datos tomados en frío pueden ser un poco engañosos, pues hay que tener en cuenta el plazo medio de vida de un préstamo/crédito antes de entrar en mora. Si por ejemplo, la media de entrada en mora es de 20 meses, no nos sirve ahora, en momentos de crecimiento de crédito, ver cómo se está comportando, pues tenemos más crédito y la misma morosidad en términos cuantitativos que supone un porcentaje menor; sino que tendremos que esperar a que cubran esa vida media, ver si entran en mora y cuántos y entonces sacar conclusiones.