Un fondo de emergencia permite pagar gastos imprevistos que, por su cuantía, no se pueden afrontar con los ingresos mensuales. ¿Cómo hacerlo? ¿Cuál es el producto financiero más adecuado en estos casos? En Credimarket te ayudamos a encontrarlo. Sigue leyendo para saber más sobre los fondos de emergencia y sus particularidades.
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- 1 Qué es un fondo de emergencia y cuáles son sus características
- 2 Para qué sirve un fondo de emergencia
- 3 Qué ventajas tienen
- 4 Cómo crear un fondo de emergencia paso a paso
- 5 ¿Dónde se debe guardar el fondo de emergencia?
- 6 ¿Cuánto dinero debe tener un fondo de emergencia?
- 7 ¿Cuándo recurrir al fondo de emergencia?
Qué es un fondo de emergencia y cuáles son sus características
Un fondo de emergencia se refiere al dinero que se ha ido ahorrando de forma periódica con la finalidad de disponer de recursos económicos para pagar gastos urgentes que pueden surgir en determinado momento. Sus principales características son:
- El dinero está siempre disponible, ofrece la máxima liquidez.
- El capital no puede estar invertido en activos que produzcan pérdidas. La clave reside en que genere una rentabilidad, y en el caso de que no lo haga, garantice su valor.
- El fondo de emergencia no debe estar en la cuenta bancaria que utilices a diario, ya que corres el riesgo de usarlo para otros fines.
- Lo ideal es que la cuantía del fondo cubra como mínimo de tres a seis meses de gastos básicos (hipoteca o alquiler, comida, transporte, servicios, seguros, suministros…).
- Debes adaptar el fondo a las circunstancias de cada momento. Por ejemplo, si tienes un nuevo trabajo con mayores ingresos, aumenta la cantidad de dinero que destinas al fondo.
Para qué sirve un fondo de emergencia
A lo largo de la vida pueden aparecer gastos imprevistos cuyo importe sea tan significativo, que nos resulte imposible afrontarlos utilizando únicamente los ingresos mensuales o nómina habituales.
En esos casos, disponer de un fondo de emergencia es clave, ya que aporta un dinero extra sin necesidad de tener que endeudarse con préstamos bancarios, cuya concesión puede complicarse en determinadas circunstancias.
Ejemplos habituales de gastos no previstos que pueden ser pagados con un fondo de emergencia son las derramas de las comunidades de vecinos, reparar el coche, una factura médica elevada, el dentista, la sustitución de un electrodoméstico averiado…
Qué ventajas tienen
Este tipo de fondos tienen una serie de ventajas importantes. Entre otras:
- Evitan el endeudamiento y sus consecuencias.
- Contarás con dinero ahorrado para casos de necesidad, y te ahorrarás estrés y preocupaciones.
- Si tienes dinero invertido en activos, no necesitarás vender rápidamente, aunque no sea el momento idóneo, con lo que evitarás que se convierta en una mala inversión.
- Una vez hayas ahorrado la cantidad que tenías como objetivo, puedes seguir haciéndolo para cubrir otros objetivos como, por ejemplo, complementar tu pensión de jubilación.
Cómo crear un fondo de emergencia paso a paso
Crear un fondo de emergencia es fácil. Solo requiere de paciencia y constancia. Pero conviene seguir unos pasos:
- Primero, calcula la cuantía total de tus ingresos mensuales. Ten en cuenta los fijos (nómina, renta del alquiler) y los variables (rentas de dividendos de acciones… etc.). De esta forma conocerás tus activos.
- Haz lo mismo con tus gastos, también incluyendo los fijos (hipoteca o alquiler, seguros, suministros básicos, comida) y los variables (ropa, transporte y similares). No olvides añadir los gastos hormiga porque, aunque su importe es pequeño, suman.
- El tercer paso consiste en reducir al máximo aquellos gastos que no esenciales e imprescindibles. Por ejemplo, come más veces en casa y menos en restaurantes, utiliza el transporte público, date de baja de suscripciones periódicas que no usas y más.
- A continuación, calcula el remanente. Es decir, una vez sepas tus ingresos totales y lo gastos, haz una resta. Si el resultado es una cifra negativa, tienes demasiados gastos, intenta recortar más.
- Y, por último, decide cuánto destinar al fondo de emergencia, es decir, qué porcentaje de este remanente irá destinado al ahorro. Puede ser una cantidad fija o variable. Pero intenta cumplir cada mes, de manera que has de ser realista con lo que has planeado destinar al fondo.
Además, deberás elegir dónde vas a guardar el dinero del fondo de emergencia. Lo ideal es ir ingresándolo en una cuenta que ofrezca una buena rentabilidad, como una cuenta ahorro o remunerada. Aunque también hay otros tipos de cuenta interesantes, razón de más para comparar antes de contratar un producto u otro.
¿Dónde se debe guardar el fondo de emergencia?
Existen diferentes alternativas y lugares donde guardar el fondo de emergencia. Hay dos opciones que son las más habituales:
- Cuenta ahorro: está pensada para rentabilizar tu dinero. Para ello, ingresas el capital en la cuenta y solo por tenerlo depositado recibirás un tipo de interés. El rendimiento que se pueda obtener dependerá fundamentalmente del importe ingresado y del tiempo que permanezca allí. Son ideales para el ahorro a largo plazo.
- Cuenta remunerada: son aquellas que te ofrecen cierta rentabilidad solo por tener ingresado el dinero en ellas y cumplir ciertas condiciones. Están consideradas como un producto de riesgo muy bajo ya que los intereses que ofrecen son fijos y no sufrirán cambios mientras dure el plazo de la remuneración. Ofrecen a corto plazo más rentabilidad que las de ahorro.
Ambos tipos de cuentas protegen el dinero ingresado hasta 100.000 euros por cuenta y titular gracias al Fondo de Garantía de Depósitos.
En cambio, no es aconsejable que esté invertido en acciones ya que, si te ves obligado a vender rápidamente, podrías incurrir en pérdidas. Tampoco en inmuebles, puesto que su venta lleva tiempo. Y olvida guardarlo en tu casa, ya que corres el riesgo de que te lo roben.
¿Cuánto dinero debe tener un fondo de emergencia?
No existen reglas al respecto, pero lo ideal es que destines una parte fija de tus ingresos (entre un 5 % y un 10 %) hasta alcanzar una cantidad equivalente a unos tres o seis meses de tus gastos esenciales.
Una opción sencilla para saber cuánto destinar cada mes al fondo de emergencia sería utilizar la regla 50/30/20. Se basa fundamentalmente en destinar el 50 % de tus ingresos a gastos esenciales, el 30 % a gastos prescindibles y ocio, y el 20 % al ahorro.
¿Cuándo recurrir al fondo de emergencia?
Puede resultar tentador disponer de dinero para usarlo en cuestiones que no son esenciales. Debes ser disciplinado y tener claras aquellas situaciones en las que, por sí puedes recurrir al fondo de emergencia. Algunos ejemplos son:
- Pierdes tu empleo y con ello gran parte de tus ingresos mensuales. En este caso el fondo te servirá para obtener capital hasta que encuentres un nuevo trabajo.
- Gastos médicos inesperados: por ejemplo, facturas por hospitalización, pruebas médicas y tratamientos no previstos, etc.
- Reparaciones esenciales: podemos citar el arreglo del coche, reparar averías graves de la vivienda y similares.



