Las obligaciones del Estado son un tipo de deuda pública a renta fija. Muy similares a los bonos del Estado, tienen unos plazos de vencimiento mucho más amplios. Te explicamos qué debes saber.
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Qué son las obligaciones del Estado
Las obligaciones del Estado son un tipo de inversión. Son valores de renta fija a largo plazo. Se diferencian de las letras del tesoro y de los bonos del Estado precisamente en su duración.
Para hacernos una idea, actualmente, podemos encontrar obligaciones del Estado a plazos de 10, 15, 30 y 50 años mientras que las letras del tesoro se comercializan a 3, 6, 9 y 12 meses y los bonos del Estado, a entre 2 y 5 años.
Las obligaciones del Estado se emiten a través de subastas, generalmente el primer y tercer jueves de cada mes. Y, al igual que los Bonos y las Letras, se realizan mediante anotaciones en cuenta.
Esto significa que nuestra titularidad queda registrada en un archivo, por lo que no recibimos un certificado en papel de nuestra compra, cosa que antaño sí se hacía.
Cómo comprar obligaciones del Estado
Simplemente consiste en comprar el número de títulos que queramos. El precio de cada obligación del Estado son 1.000 euros y, si queremos comprar varios, han de ser múltiplos de 1.000. Es decir, no podemos invertir 1.500 euros. Deberíamos comprar por valor de 1.000, 2.000, 3.000, etc.
De forma periódica, iremos recibiendo unos intereses que se llama cupón. Es fijo y se conoce de antemano, de ahí que hablemos de valores de renta fija.
Tras el vencimiento de la inversión, recibiremos el dinero que habíamos invertido.
Obligaciones del Estado: ejemplo
El Estado emite obligaciones a 30 años con un precio nominal de 1.000 euros y ofrece un cupón de 30 euros al año.
Si un inversor adquiere una obligación abonará 1.000 euros y cada ejercicio recibirá 30 euros, así hasta el vencimiento que en este caso serían 30 años. Tras este periodo, el Estado le devolverá los 1.000 euros que invirtió.
Cómo funcionan las obligaciones del Estado
Es el Estado quien emite las obligaciones. Y lo hace con un objetivo claro: financiarse mediante la captación de dinero de los inversores y, de esta forma, contar con un mayor recurso económico de cara a poder hacer frente a sus gastos y obligaciones.
A cambio de esta inversión, les ofrece el pago de unos intereses periódicos y les da la seguridad de que la imposición de dinero está avalada y respaldada por el propio Estado, lo que da un plus de tranquilidad.
Seguridad de las obligaciones del Estado
La inversión en las obligaciones del Estado rige la regla de que a mayor riesgo, mayor rentabilidad potencial y viceversa. Así, se obtendrán mayores o menores beneficios en función seguridad y fiabilidad en función del emisor (el Estado). Por tanto:
- A mayor seguridad y solvencia del Estado, menos intereses ofrecerán a los inversores.
- A menor fiabilidad del Estado, más intereses se podrán obtener de la inversión.
Por tanto, si un país goza de una solvencia muy fiable (ostenta la máxima calificación crediticia de AAA), ofrecerá a los inversores que que compren las obligaciones unos cupones más bajos que los que pueda facilitar otro país cuya fiabilidad sea menor y que cuente con una mala nota crediticia otorgada por las correspondientes agencias de rating.
Obligaciones del Estado: ventajas y desventajas
Como cualquier producto financiero, las obligaciones del Estado presentan ventajas y desventajas.
Ventajas de las obligaciones del Estado
- El emisor de las obligaciones es un Estado de manera que, salvo que no goce de una fiabilidad y seguridad acreditada, se trata de una inversión sólida, transparente y segura.
- Los inversores tienen acceso, desde el comienzo, a toda la información relevante: qué intereses recibirán del Estado, qué periodicidad tendrán, cuánto durará la inversión, precio de cada título.
- Cualquier persona dispuesta a recibir un pequeño interés periódico puede invertir en ellos. No es necesario tener grades conocimientos de finanzas ni experiencia. Son en activos de muy poco riesgo.
- Es muy fácil comprar obligaciones y existen varias maneras de hacerlo (lo veremos más abajo).
- La inversión goza de liquidez, de manera que no es obligatorio mantener el dinero invertido hasta el vencimiento.
- Aparte del componente de inversión (obtenemos unos intereses periódicos), estamos contribuyendo a ayudar al Estado prestándole nuestro dinero para que pueda hacer frente a sus gastos y obligaciones.
Desventajas de las obligaciones del Estado
- Los cupones (intereses o rentabilidad) que recibiremos son muy bajos, pero es algo lógico teniendo en cuenta el riesgo prácticamente inexistente que conlleva este tipo de inversión.
- Si vendemos antes de la fecha de vencimiento, la rentabilidad no será la conocida de antemano, sino que variará, por lo que se corre el riesgo de que la venta en el mercado secundario se haga a un precio inferior al de compra.
Cómo invertir en obligaciones del Estado
Comprar obligaciones del Estado es un proceso muy fácil y rápido. Existen tres formas de hacerlo:
- Acudir al Banco de España y hacer la gestión allí mismo. Es aconsejable, previamente, reservar fecha y hora para ello.
- Ir a una sucursal de nuestro banco y solicitar la gestión. Ellos realizarán las gestiones pertinentes.
- Online, a través de la página web del Tesoro (www.tesoro.es). Para ello únicamente tendremos que rellenar aquellos datos que nos soliciten y la compra se realizará al instante.