sábado, 21 diciembre 2024
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    Leasing: qué es y quién puede acceder a él

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    Si tenemos una empresa y queremos adquirir un bien, mueble o inmueble, podemos adquirirlo, con lo que tendríamos que pagar el precio de mercado, o bien alquilarlo con opción a compra: hacer un leasing. Te explicamos todo lo que debes saber sobre el leasing, aquí.

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    Qué es el leasing

    El leasing es un contrato de alquiler mediante el cual una empresa adquiere un bien para su uso, goce y disfrute durante un tiempo determinado, sin tener que pagar el precio de compra. Simplemente deberá ir abonando de manera periódica unas cuotas, en las cuales van incluidas los intereses y el coste de financiación. 

    A la finalización del contrato de leasing, tendrá que decidir entre: 

    • Alargar el contrato.
    • Ejercer la opción de compra del bien por un precio previamente acordado. 
    • Devolverlo al arrendador.

    El leasing va dirigido a empresas y autónomos, a diferencia del renting, al que también pueden acceder particulares. Además, lo ofrecen entidades bancarias y empresas especializadas.

    Requisitos para conseguir un leasing 

    Para acceder a un contrato de leasing se debe cumplir con algunos requisitos. Pueden variar en función de la entidad bancaria o empresa en la que se suscriba. Estos son los más comunes:

    • El arrendatario ha de ser una empresa o profesional sujeto al Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE). 
    • El uso y destino de los bienes ha de ser la actividad profesional de la empresa o autónomo.  
    • En el contrato ha de recogerse la opción de compra
    • El contrato ha de durar al menos 10 años en el caso de bienes inmuebles y 2 años para bienes muebles. 

    Documentación necesaria en un contrato de leasing 

    Partimos de la base (una vez más) que cada entidad bancaria o empresa especializada tiene su propio protocolo de actuación a la hora de solicitar los documentos a través de los cuales va a gestionar un leasing.

    En cualquier caso, el objetivo de los mismos es acreditar la solvencia económica, que el solicitante podrá hacer frente a los pagos periódicos. 

    Estos son los documentos más habituales a la hora de solicitar un leasing (vaya por delante que varían en función de si quien contrata es un autónomo o una empresa):

    Documentos más comunes si quien contrata es un autónomo:

    • DNI.
    • Alta censal. 
    • Impuesto de la Renta del último ejercicio.
    • Resumen del IVA del año anterior.
    • Trimestres del IVA del año en curso.
    • Recibo bancario donde conste el IBAN y el titular.

    Y estos, cuando lo solicita una empresa:

    • CIF de la empresa.
    • DNI del apoderado.
    • Balance de pérdidas y beneficios.
    • El último Impuesto de Sociedades (modelo 200).
    • Resumen del IVA del año anterior (modelo 390). 
    • Trimestres del IVA del año en curso.
    • Recibo bancario donde conste el IBAN y el titular. 
    • Escritura de constitución de la empresa si la ésta lleva poco tiempo funcionando.

    En algunas ocasiones te pueden exigir una garantía adicional, como por ejemplo avales bancarios.  

    Cómo funciona el leasing 

    El funcionamiento del leasing es muy sencillo. Te mostramos los principales pasos:

    1. El cliente (arrendatario) comunica a la compañía (arrendador) qué bien o bienes de su cartera desea arrendar
    2. Ambas partes, arrendador y arrendatario, firman el contrato de leasing en el que se detallan los bienes alquilados, duración del contrato, cuotas periódicas, etc. 
    3. El arrendatario recibe los bienes y abona cada mes la cuota establecida en el contrato. 
    4. A la finalización del contrato, el arrendatario ha de elegir entre: prorrogar el contrato, comprar el bien o devolverlo. 

    Además, hay tres cuestiones importantes y a tener en cuenta en cuanto al funcionamiento de un contrato de leasing

    • El mantenimiento del bien lo ha de realizar el arrendatario aunque la titularidad sea del arrendador. Por tanto, es el arrendatario quien ha de hacerse cargo de los gastos por el deterioro o la pérdida del bien.  
    • Muchos contratos incluyen una cláusula que faculta al arrendador para hacer revisiones periódicas sobre el bien arrendado y de esta manera verificar que está en perfectas condiciones. 
    • El arrendatario está obligado a suscribir un seguro sobre el bien y entregar al arrendador el comprobante del mismo.  

    Qué tipos de leasing existen 

    Existen varios tipos de leasing. Te los explicamos:

    • Leasing financiero: el arrendador adquiere un bien que le ha solicitado el arrendatario y se lo entrega para que lo utilice a cambio del pago de cuotas periódicas durante un determinado tiempo, el cual suele ser más o menos la vida útil del bien. 
    • Leasing operativo: es igual que el financiero, pero la diferencia es que en este caso no se pacta entre las partes una opción de compra a la finalización del arrendamiento. Así pues, el arrendatario no busca adquirir el bien a la finalización del contrato sino utilizarlo durante un tiempo y luego devolverlo al arrendador. 
    • Leasing mobiliario: se utiliza para adquirir bienes que pueden ser trasladados de un lugar a otro sin que suponga un problema, como por ejemplo maquinaria, material de oficinas, vehículos, etc. En él se incluye el leasing de coches y de furgonetas.
    • Leasing inmobiliario: es una modalidad de financiación a medio o largo plazo que ofrece la ventaja de poder adquirir un inmueble, primero para su uso y después, si se quiere, para comprarlo, todo ellos sin tener que hipotecarse. Su finalidad es la adquisición de inmuebles, como por ejemplo locales comerciales, oficinas, naves, etc.
    • Leasing de importación: brinda la posibilidad de adquirir bienes en el extranjero. 

    Ventajas del leasing 

    Como empresa (o autónomo) recurrir a un leasing puede tener una serie de ventajas. Estas son las más destacadas:

    • Convierte un gasto en una inversión: si a la finalización del contrato se ejerce la opción de compra, el arrendamiento habrá sido una financiación para comprar un bien.  
    • Se adquiere el uso de bienes sin tener que desembolsar el importe íntegro que supondría el tener que comprarlos. No se descapitaliza.
    • Fiscalmente es atractivo, ya que el IVA de las cuotas es deducible y permite una amortización acelerada del bien en el Impuesto sobre Sociedades (IS) o el IRPF y una deducción de intereses como gasto financiero.  
    • Las cuotas pueden ser flexibles. Mayores al inicio o que vayan aumentando o reduciéndose con el paso del tiempo… 
    • Debido a que al término del arrendamiento el arrendatario puede optar por no comprarlo y arrendar otro bien más nuevo, se evita el deterioro por su uso y siempre se tendrá bienes actualizados y modernos. 

    Diferencia entre renting y leasing

    Aunque ambos implican, en definitiva, el alquiler de un bien, renting y leasing no son lo mismo. El primero va dirigido a particulares, empresas y autónomos y la duración va entre uno y cinco años. El segundo, sólo a empresas y autónomos y su duración mínima (para beneficiarse fiscalmente) es de 2 años en los bienes muebles y 10 años en los inmuebles. 

    Además, en el caso de los vehículos, el renting incluye los gastos de mantenimiento y el leasing, no. Si quieres saber más al respecto, no te pierdas nuestro artículo sobre las diferencias entre renting y leasing.

    Ismael De La Cruz
    Ismael De La Cruz
    Consultor financiero. Colabora en medios de España y Estados Unidos. Durante 12 años ha escrito un artículo semanal en Expansión. Ha sido miembro del Instituto Español de Analistas Técnicos y Cuantitativos
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