Un cheque es un método de pago. Un documento bancario con el que podemos dar o recibir dinero a otra persona, sin necesidad de recurrir a otras vías como las tarjetas de crédito o el metálico. Descubre todos los detalles.
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- 1 ¿Qué es un cheque?
- 2 ¿Qué actores intervienen en un cheque?
- 3 ¿Qué información debe contener un cheque para ser válido?
- 4 Tipos de cheques bancarios según el tenedor
- 5 Tipos de cheques bancarios según el tipo de cobro
- 6 Los plazos en los cheques
- 7 ¿Cómo se cobra un cheque?
- 8 Qué pasa si no se paga el dinero de un cheque
¿Qué es un cheque?
Un cheque es un documento pagadero: se utiliza para hacer pagos sin necesidad de recurrir al dinero físico. A través de él, el titular de una cuenta corriente da una orden para que su entidad abone un importe determinado, el que se establezca, a otra persona.
El importe que se establezca se hará efectivo al beneficiario siempre que haya dinero en la cuenta del emisor.
Aunque el uso del cheque era más habitual hace unos años (la extensión de otras formas de pago como las tarjetas de crédito o, incluso, el bizum han reducido su utilización), se sigue empleando en determinados sectores y transacciones. Sobre todo, en ciertos negocios y para importes elevados.
¿Qué actores intervienen en un cheque?
En un cheque bancario intervienen estos tres actores:
- Librador: es la persona, física o jurídica, que emite o da la orden de emisión del cheque y lo firma.
- Librado: es la entidad financiera a la que se le ordena el pago.
- Tenedor: es la persona o empresa beneficiaria.
Al respecto, debemos puntualizar que puede darse el caso de que librador y tenedor sean la misma persona. Por ejemplo, cuando alguien retira fondos de la cuenta bancaria de una entidad para ingresarlos a otra de otro banco.
¿Qué información debe contener un cheque para ser válido?
Sí, un cheque es un documento pagadero. Pero para que se pueda hacer efectivo no sirve cualquier papel. Para que sea válido, deben constar ciertos datos. Algunos imprescindibles y otros que no lo son.
Datos esenciales en un cheque bancario
Según establece el Banco de España, estos son los datos que deben constar sí o sí en un cheque bancario para que pueda hacerse efectivo:
- La palabra cheque.
- La orden de pagar el importe que en él se señale. Este debe estar escrito dos veces: en números y en letras. En caso de discrepancia, manda la cifra puesta en letras.
- El nombre del librado (la entidad desde la que se emite).
- La firma del librador (quien da la orden).
Datos no esenciales en un cheque bancario
Existen una serie de datos que pueden aparecer en un cheque bancario, pero no tienen por qué hacerlo. Son lo que el Banco de España señala como “requisitos no esenciales”. Los siguientes:
- Fecha de emisión. Puede ser el tenedor (el beneficiario) quien la añada. Y está podrá ser con fecha posterior a la emisión (postdatado) o fecha anterior (antedatado).
- Lugar de pago.
- Lugar de emisión.
- El beneficiario. Si no hay un nombre, se considerará que el cheque es “al portador”.
Tipos de cheques bancarios según el tenedor
Si nos centramos en el tenedor, la persona física o jurídica que lo cobra, existen dos tipos de cheques bancarios.
Cheque al portador
No está al nombre concreto de nadie concreto y, así, el beneficiario es quien lleva el cheque al banco para cambiarlo. Aunque el uso de los cheques al portador está muy extendido, entrañan bastantes riesgos. Básicamente porque, al no estar definido su destinatario, cualquier persona puede cobrarlo.
Cheque nominativo
Un cheque nominativo es más seguro que uno al portador. Básicamente, porque figura el nombre de la persona o empresa que debe cobrarlo: aparece claramente el tenedor. Sólo el titular puede hacerlo efectivo y tendrá que acreditar que es él.
Con todo, pueden incluir una cláusula para que lo cobre una tercera persona. Para ello, el titular original debe especificar el nombre y apellidos de esta. Es lo que se conoce como orden de endoso a terceros. Igualmente, si el emisor incluye una cláusula de “no a la orden”, no se podrá transferir.
Tipos de cheques bancarios según el tipo de cobro
Tanto un cheque al portador como uno nominativo se pueden cobrar de diferentes maneras. Te explicamos todas las modalidades.
Cheque bancario
Los cheques bancarios son aquellos en los que el librador (quien firma el cheque) es la misma entidad bancaria (librado) que debe pagarlo.
Cheque conformado
Los cheques conformados son aquellos que avalan la solvencia de la persona que lo emite, el librador. Es decir, la entidad emisora garantiza que dispone de los fondos suficientes para hacer frente. De hecho, los retiene (además las comisiones que correspondan) hasta el momento de cobro.
Cheque cruzado o cheque barrado
Los cheques cruzados se pueden cobrar solo a través de una entidad bancaria, exclusivamente en cuenta. Solo se puede abonar el importe en efectivo si se es cliente de la entidad que debe pagarlo.
Para cruzarlo, el librador o tenedor deben dibujar dos líneas paralelas en cara anterior.
Cheque para abonar en cuenta
El importe de los cheques para abonar en cuenta solo se puede cobrar en la libreta indicada.
Cheque contra la cuenta del Banco de España
En los cheques contra la cuenta del Banco de España el librador (el emisor y quien firma el cheque) es una entidad bancaria. Y el librado (quien lo recibe) es el Banco de España.
Cheque de viaje
Son cheques emitidos en euros u otra moneda por entidades o empresas no bancarias como Visa, Mastercard o American Express.
Cheques en ventanilla
No son cheques como tal sino un comprobante. Un justificante a través del cual se constata que el cliente ha recibido un importe de dinero en efectivo y de su cuenta en la ventanilla de la entidad.
Los plazos en los cheques
Para poder recibir el dinero establecido en un cheque bancario, siempre y cuando se cobre en España, se deben cumplir una serie de plazos. Según detalla el Banco de España, son de:
- 15 días desde su fecha de emisión para los emitidos y pagaderos en España.
- 20 días para los emitidos en algún país europeo.
- 60 días para los que se hayan emitido en cualquier país del mundo que no sea europeo.
Si se sobrepasan estos plazos, la entidad emisora (el librado) analizará las circunstancias: si hay saldo o no en la cuenta, el tiempo que haya transcurrido… Según lo que considere, y siempre y cuando no haya sido revocado (el librador haya comunicado a la entidad que lo anule), podrá decidir si lo abona o no.
En cualquier caso, un cheque prescribe medio año después de la expiración del plazo de presentación: a los seis meses y quince días de su fecha de emisión.
¿Cómo se cobra un cheque?
De tres maneras:
- En efectivo. Esto es, en dinero contante y sonante. Si lo haces en la misma oficina en la que está la cuenta del librador no tiene coste. Si es en una distinta (pero del mismo banco) te podrán exigir una comisión por comprobación de saldo y firma.
- Abonarlo en una cuenta que tengas abierta en el banco pagador. Posiblemente no tendrás que pagar ninguna comisión.
- Abonarlo en una cuenta de un banco distinto del que lo paga. Lo más habitual es que tengas que abonar una comisión.
Cuando lo ingreses, la entidad te tendrá que dar un justificante con los datos más relevantes: importe, librado, etc.
Qué pasa si no se paga el dinero de un cheque
Si se presenta dentro de plazo hay fondos en la cuenta del librador, la entidad en la que se presenta el cheque tiene la obligación de pagarlo total o parcialmente. Solo rechazará su abono si hay sospechas de falsificación de la firma o si se ha denunciado su pérdida o robo.
Pero ¿qué pasa si no se paga todo o en parte? ¿Quién es el responsable? La respuesta es clara: quien lo firma. Y si él no responde, deberán hacerlo sus endosantes y avalistas.
Paralelamente, los beneficiarios podrán reclamar mediante un protesto notarial o una declaración de la entidad o una cámara de compensación a quien extiende el cheque o a sus endosantes o avalistas.