Morosólogo y profesor de finanzas especializado en credit management. En 2007, Pere Brachfield auguró la crisis económica actual y, en sus palabras, «un tsunami de impagados que batiría todos los récords». Le tacharon de «agorero y catastrofista» si bien sus previsiones respecto a la morosidad «se están cumpliendo con creces», asegura.
Este mes ha publicado el libro “Análisis del moroso profesional”, donde describe un perfil de morosos que él denomina «profesionales». En este sentido, ha desarrollado un test para saber si el deudor que asegura que no puede pagar por culpa de la crisis es un moroso profesional o un cliente que sufre las consecuencias de la recesión económica.
Analiza la situación actual de la mora en España para el comparador de productos financieros Credimarket.
El nivel de morosidad en España, según los últimos datos del Banco de España, alcanzó en agosto de 2013 el 12,12%. ¿Hasta cuándo seguirá subiendo?
En febrero de 2011 la mora oficial era ya de 112.458 millones de euros y en noviembre de 2012 llegó a 196.568 millones. Gracias a la liposucción que supuso el traspaso de millones de euros en créditos morosos al SAREB, en diciembre cayó a 172.726 millones de euros.
El último dato facilitado por el Banco de España de agosto 2013 revela que la morosidad bancaria estaba en 186.264 millones de euros, que representan aproximadamente el 18% del PIB de España. Este dato nos dice la gravedad de la situación que atravesamos.
Todos los números que barajamos son cifras oficiales, pero no sabemos cuánta mora bancaria oculta existe y cuánta aflorará el próximo año, en particular de las refinanciaciones.
Lo peor es que la cifra de créditos morosos de las entidades bancarias continuará aumentando ya que una regla empírica establece que el pico de mayor morosidad bancaria se suele alcanzar más de medio año después del mayor índice de paro.
¿A qué se debe este ascenso continuado?
En gran parte a que se está diluyendo el efecto adelgazador del traspaso de créditos dudosos al SAREB de finales del año pasado. La crisis económica incide en el aumento constante de la mora bancaria.
Curiosamente hacia la mitad del año 2012 los créditos otorgados a constructoras, promotoras e inmobiliarias, acumulaban una morosidad que superaba los 100.520 millones de euros. En porcentajes, representaba casi el 60% de la mora bancaria. En el segundo semestre de 2013 es de 80.383 millones de euros, el 45,50% de la dudosidad bancaria.
En cambio la mora de todos los créditos concedidos a las familias hacia la mitad del año 2012 era de 31.235 millones de euros, el 18,55% del total. Como dato significativo, los créditos hipotecarios morosos de las familias españolas eran de 20.874 millones de euros, un 12,40% de la mora total.
En el segundo semestre de 2013 la mora de las hipotecas de los hogares ha pasado a ser de 29.934 millones de euros, un 16,92% del total, pero la morosidad del total de créditos concedidos a las familias es de 43.802 millones, un 24,80% de la mora agregada, por lo que la diferencia con la morosidad de total de las familias de hace un año es significativa.
Vale la pena señalar que la morosidad en los sectores de agricultura y ganadería, así como en la industria y comercio ha aumentado en el 2013 casi un 50% respecto al 2012.
¿Cuándo se prevé que toque techo?
Bueno yo soy morosólogo pero no futurólogo, por lo que siempre es arriesgado hacer predicciones. Una regla no escrita establece que el mayor índice de morosidad bancaria se suele alcanzar más de medio año después del mayor pico de crisis económica. Así que hasta que los expertos en macroeconomía no anuncien el final de la crisis económica no podremos empezar la cuenta atrás para que se estabilice la mora bancaria.
¿Pueden la banca y el sistema financiero hacer frente a estos niveles? ¿Qué puede suceder de seguir aumentando?
Con las ayudas económicas del Estado, de la UE, la nacionalización de entidades financieras y las fusiones bancarias se ha podido capear el problema. Hemos visto que en el primer 2013 la banca española vuelve a presentar beneficios. Los bancos españoles ganaron 3.140 millones de euros en los tres primeros meses del año, un 16,6% más respecto al mismo periodo de 2012.
Las entidades bancarias tienen colchón y musculatura financiera suficiente para afrontar una subida de la morosidad hasta el 14% sobre los créditos concedidos, que es lo máximo que los expertos han previsto en el escenario más desfavorable.
Otro punto de vital importancia para los bancos afectados por la mora es qué porcentaje de los 186.264 millones de euros de créditos dudosos conseguirá ser recobrado por las entidades bancarias a medio y largo plazo y qué porcentaje se convertirá en créditos fallidos e incobrables.
Esto es una incógnita que solo el tiempo nos revelará. Algunos expertos opinan que solo se recuperará a medio plazo el 60% del total de créditos en mora. Así pues, los fondos especializados en la compra y recuperación de carteras de impagados bancarios tienen una buena oportunidad de hacer negocio en España en los próximos años.
¿Cómo afecta la morosidad a la concesión de nuevos créditos?
Las entidades adoptan estrategias en la concesión de riesgos mucho más severas y las políticas de otorgamiento de créditos se endurecen. Realizan los análisis cuantitativos de riesgos con más rigor, en particular estudian con lupa la finalidad de la operación, la capacidad de reembolso del cliente, la solvencia del prestatario y las garantías reales o personales que respalden el crédito.
Asimismo los bancos son más estrictos para que el producto financiero a través del cual se materializa el crédito se ajuste más a la finalidad el mismo. Por ejemplo para comprar un vehículo la banca ya no considera razonable utilizar la hipoteca, como se hizo en la época de la burbuja crediticia.
También los bancos procuran aumentar la vinculación del cliente a la entidad como instrumento de lucha contra la morosidad.
¿Qué papel tienen los nuevos requisitos del Banco de España, con el endurecimiento de las provisiones, en este incremento?
En mi opinión, el Banco de España ha acertado con sus exigencias de provisionar los créditos originados por refinanciaciones.
Durante el proceso de reclasificación de créditos que han tenido que acometer las entidades, el máximo regulador destaca el significativo aumento de los créditos dudosos, particularmente en el sector de promoción inmobiliaria, así como la fuerte caída en la cartera de créditos considerados normales o al corriente de pago, que han pasado de 73.557 millones de euros a 48.193 millones.
¿Cuál es el perfil del moroso particular?
Tradicionalmente los morosos se dividían en tres grandes categorías: intencionales, fortuitos, e imprudentes.
En la actualidad podemos añadir un par de grupos más: por un lado, el formado por familias que sucumbieron a la tentación consumista y aprovecharon el boom del crédito fácil y los tipos de interés artificialmente bajos para sobreendeudarse. La inflación, el paro y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios les han convertido en morosos.
Por otro lado, tenemos a padres y madres de familia víctimas de la especulación inmobiliaria, que tuvieron que endeudarse hasta las cejas con hipotecas a tipo variable para comprar su piso. En su momento nadie les advirtió que llegaría una crisis y que perderían una parte importante de sus ingresos, corriendo el riesgo de que en un futuro no pudieran atender las cuotas mensuales.
Otra diferencia destacada entre la actual crisis y la de 1992 es que hoy en día un elevado porcentaje de los morosos son extranjeros residentes en España. La concesión de préstamos hipotecarios a emigrantes que en su momento si tenían capacidad de reembolso, pero debido al paro, o al aumento de la cuota mensual, en la actualidad no pueden hacer frente a los pagos de su hipoteca.
Esta nueva tipología de deudores tiene una problemática diferente, ya que en muchos casos carecen de familia que les pueda ayudar a salir del apuro y existe un riesgo añadido de que regresen a sus países de origen dejando las deudas impagadas en España.
¿Y el de empresas?
En cuanto a las empresas, el problema es que en España muchos negocios por imprudencia financiera tienen un endeudamiento muy elevado y carecen de fondo de maniobra. Muchas empresas llegaron a tener un capital propio de tan sólo un 3% y un endeudamiento con terceros del 97%, cuando la ortodoxia financiera aconseja que los recursos permanentes sean como mínimo de un 30%.
Mientras la economía fue bien, no hubo problemas financieros y podían ir tirando. Ahora, en plena crisis, muchas de estas empresas se han convertido en morosos sobrevenidos ya que se han quedado sin liquidez al cerrarles los bancos el grifo de financiación de tesorería, sufren la morosidad de sus clientes y les han bajado en picado los ingresos por ventas. Vamos, un cocktail mortal.
También existe un perfil de moroso profesional que se hace pasar por empresario. Suele ser varón, en el 90% de los casos, con una edad de entre 35 y 70 años, porque esta gente no se prejubila antes de tiempo.
Este personaje aparenta ser un triunfador, de clase alta, tiene un elevado nivel de vida porque no paga sus deudas, es urbanita y exprime un sector o una zona hasta que es demasiado conocido para seguir actuando. Luego cambia de sector e incluso de ciudad para empezar de nuevo. Es un oportunista profesional.
Con esto quiero decir que con el boom del ladrillo seguramente se volcó en el sector inmobiliario, y ahora puede que esté en el sector de la distribución. En mi nuevo libro “Análisis del moroso profesional” dejo al desnudo a esta clase de morosos.
