En el marco de las pensiones encontramos dos grandes bloques: las prestaciones contributivas y las no contributivas. En este artículo te lo explicamos todo acerca de las primeras.
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Prestación contributiva qué es
Una pensión contributiva es una prestación económica, habitualmente de duración indefinida, cuya concesión está determinada por la relación jurídica que previamente ha mantenido el titular con la Seguridad Social (en función de los años que haya cotizado, a partir de un mínimo) y otros requisitos.
Es decir, una prestación contributiva es una renta que reciben aquellas personas que han cotizado un mínimo de años, al menos 15, en la Seguridad Social.
Tipos de pensión contributiva
Según explica la Seguridad Social, y sin tener en cuenta posibles excepciones, existen básicamente tres clases de pensiones contributivas:
- Prestación contributiva por jubilación: ordinaria, anticipada en varios supuestos, parcial, flexible, especial…
- Prestación contributiva incapacidad permanente: total, absoluta y gran invalidez.
- Prestación contributiva por fallecimiento: viudedad, orfandad y en favor de familiares.
Requisitos de las prestaciones contributivas
Para poder acceder a una pensión contributiva se tienen que cumplir ciertos requisitos. El primero, haber sido dado de alta en uno de los regímenes de la Seguridad Social y haber cotizado un mínimo de años.
Con todo, debes saber que cada pensión contributiva tiene sus propias exigencias. Así, en las pensiones por jubilación se debe haber cotizado un mínimo de 15 años, dos de los cuales deben haber sido inmediatamente anteriores al momento de solicitar la prestación. Además, el solicitante debe haber cumplido 67 años, o 65 si puede acreditar al menos 38 años y 6 meses de cotización.
En cambio, en una pensión por discapacidad, o muerte y supervivencia, por ejemplo, se tendrán que cumplir otras condiciones concretas.
Cómo se calcula una pensión contributiva
El importe de una pensión contributiva se calcula teniendo como punto de partida la base reguladora, los años cotizados y, si existiera, la prolongación de la vida laboral.
Así se aplica un porcentaje sobre la base reguladora en base a los años cotizados: parte del 50% a los 15 años y se va incrementando a partir de entonces, con un 0,21% por cada mes adicional entre los meses 1 y 49 y de un 0,19% para el resto.
Pensión contributiva mínima
La pensión contributiva mínima en 2023 puede variar en función de la situación de la persona que la recibe:
- Para personas de 65 años o más, la pensión contributiva mínima es de 10.963,4 euros anuales.
- Para personas de 65 años o más con cónyuges a su cargo, es de 13.526,8 euros.
- La pensión contributiva mínima, para los menores de 65 años es de 10.256,4 si no tienen cónyuges a su cargo.
- Igualmente, si se trata de menores de 65 años con cónyuge a cargo, es de 12.682 euros.
De la misma manera que hay una pensión contributiva mínima, hay un máximo que, en 2023 es de 42.829,29 euros al año (14 pagas de 3.059,23).
Diferencias entre prestación contributiva y no contributiva
Aunque puede haber más, te listamos a continuación las diferencias que existen entre las pensiones con contributivas y las no contributivas en 2023:
- Las pensiones contributivas dependen de los años que se hayan cotizado y los pagos que se hayan hecho a la Seguridad Social. Las no contributivas están destinadas a personas con recursos insuficientes para subsistir.
- El importe máximo que se puede alcanzar con una pensión contributiva es 42.829 euros al año, en las no contributivas es de 6.784,51 euros.
- En cuanto al importe mínimo, en una pensión contributiva es de 10.963,4 euros anuales mientras que en una no contributiva es de 1.696,14 euros anuales.
- Finalmente, las pensiones contributivas están gestionadas por la Seguridad Social y las no contributivas, por las Comunidades Autónomas.
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