Cada entidad financiera tiene sus propias políticas a la hora de establecer los requisitos a cumplir ante la solicitud de un préstamo. Así, pues, no existe una fórmula que, tras su aplicación, el resultado sea un sí a la financiación.
Con todo, para iniciar el trámite existen dos condiciones de obligado cumplimiento: ser mayor de edad y poder demostrar que se va a devolver al banco o financiera el importe que se solicite más los intereses y las comisiones pactados.
Cumplido el primer aspecto, la entidad a la que se ha pedido el préstamo estudiará el perfil del prestatario (quien pide el préstamo) y le pedirá varios documentos para estudiar la viabilidad de la operación. Para ello pedirá información y estudiará:
- Los ingresos (siempre justificados) que tiene la persona que pide el préstamo, así como posibles rentas de alquiler o cualquier otro tipo
- El patrimonio que dispone (bienes y otros activos)
- Otras deudas que pueda tener como préstamos, créditos, hipotecas… Si los hubiera implicarán una reducción de la capacidad de endeudamiento
- Su historial crediticio en operaciones anteriores, para ver si ha cumplido con sus pagos y no ha estado en ningún registro de morosidad
- Para qué (finalidad) se pide el préstamo
- El historial laboral y su estabilidad (los funcionarios y empleados fijos tienen más posibilidades de optar a un préstamo que los trabajadores temporales).
- La ratio de endeudamiento que supondrá el préstamo
Cuál es la ratio de endeudamiento
Para disponer de una buena salud financiera, se establece que las deudas no deben superar un porcentaje de los ingresos familiares. Depende de la entidad, puede oscilar entre el 30 % y el 40%.
Así, tomando como ejemplo una nómina de 1.000 euros, la ratio de endeudamiento del 30% sería de 300 euros y del 40%, 400.
Pero si sobre esta misma nómina hubiera un pago mensual de 300 euros de otro préstamo, la capacidad de endeudamiento se calcularía sobre un ingreso de 700 euros y sería de 210 euros (30%) o 280 euros (40%).