El XIV Informe de EAPN-ES sobre El Estado de la Pobreza en España refleja que el riesgo de pobreza alcanza ya a 12,7 millones de personas. Otro estudio de Ipsos, indica que hasta el 37 % de la población vive con lo justo. Si no llegas a fin de mes, en esta guía recopilamos una serie de consejos que te ayudarán a lograrlo. Y, si necesitas financiación, te echamos una mano con nuestro comparador de préstamos, para que encuentres el que necesitas con las mejores condiciones.
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Organiza tus finanzas con un presupuesto
En primer lugar, debes conocer el estado de tus finanzas. Esto implica saber el dinero que entra y sale cada mes, tus activos y los pasivos. Solo de esta manera sabrás cuáles son tus recursos económicos.
Calcula todos los ingresos mensuales, tanto los fijos (nómina, pensión, si percibes una renta por un piso que tienes alquilado…), como los variables (dividendos, gastos extra…). Haz lo mismo con todos tus gastos. En el caso de los ingresos y gastos variables, coge como referencia la media de los últimos 12 meses. No ignores los gastos hormiga que, pese a ser pequeños, suman.
Elabora un presupuesto y clasifica los gastos en básicos (imprescindibles) y prescindibles. Establece un límite para saber cuánto puedes gastar en cada categoría de los gastos. La regla 50/30/20 es ideal para esto. Consiste en asignar un porcentaje de los ingresos a cada categoría de gastos (50 % a los esenciales, 30 % a ocio y disfrute, 20 % a ahorrar).
Reduce gastos
Todo lo que sea reducir pasivo es importante. Intenta eliminar primero aquellas deudas que tengan un tipo de interés mayor, puesto que a largo plazo son las que originan un coste más cuantioso, por ejemplo, los minicréditos. Si tienes una hipoteca, comprueba sus condiciones para saber si es el momento interesante para amortizarla. Para reducir gastos puedes poner en marcha las siguientes ideas:
- Alimentación: sal menos a restaurantes, cocina en casa, planifica menús semanales, lleva la comida al trabajo en tuppers y compra productos de temporada.
- Suscripciones: revisa si realmente las usas. Por ejemplo, la del gimnasio, revistas y periódicos, plataformas de películas y series… Y date de baja.
- Transporte: utiliza menos el coche y recurre al metro, tranvía, autobús, bicicleta. Comparte vehículo.
- Suministros básicos: no dejes electrodomésticos encendidos, apaga las luces y utiliza bombillas LED, cierra la ducha mientras te enjabonas, revisa las mejores tarifas de las compañías de luz, agua, gas, internet y telefonía móvil.
- Evita las compras impulsivas: antes de lanzarte, pregúntate si realmente lo necesitas o no. Usa el truco de esperar 48 horas antes de hacer una compra no esencial.
Consigue ingresos extra
En la medida de tus posibilidades, intenta generar ingresos extra que incrementen tus activos. Por ejemplo:
- Vender cosas que no utilices, como ropa, muebles, tecnología, libros y similares. Hoy en día existen en Internet plataformas que se dedican exclusivamente a ello. También apps específicas. Recuerda revisar la fiscalidad de estas transacciones para evitar problemas futuros.
- Realiza trabajos adicionales compatibles con el tuyo: dar clases particulares a niños sobre materias del colegio, impartir clases de guitarra o de cualquier otra habilidad que tengas, etcétera. Puedes hacerlo presencial u online para evitar el coste del desplazamiento.
- Ofrece tus servicios para cuidar a personas mayores en sus domicilios, ser canguro de menores de edad, etc.
Sé responsable
Sé responsable con tus deudas y con tu dinero. Entre otros, es fundamental que evites el descubierto tácito. Esto se produce cuando en tu cuenta bancaria no hay dinero suficiente para afrontar los pagos domiciliados y el banco lo paga por ti. El problema es que deberás devolvérselo con intereses. Algo que puede acabar en un círculo vicioso.
También es relevante que uses tu tarjeta de crédito de forma inteligente: no excedas su límite y úsala solo en casos de necesidad real y siempre de manera racional, no de forma impulsiva.
Reduce tus cuotas mensuales
Otra opción si vas con el agua al cuello, es reducir tus cuotas mensuales si tienes varios créditos. En estos casos puedes optar por reunificar deudas, es decir, agrupar todas ellas en una sola, de manera que, en vez de tener varias cuotas al mes, pasarás a tener una sola, cuya cuantía será menor que la suma de todas ellas.
Aunque la cuota que pagarás cada mes será más pequeña, la cantidad total de intereses que terminarás abonando será superior, debido a la ampliación del plazo de amortización. Además, es posible que para poder hacer una reagrupación de deudas tengas que pagar una comisión de cancelación de los préstamos existentes. Negocia con la entidad.
Los plazos de amortización no suelen superare los 8-10 años y los tipos de interés pueden variar en función del perfil del solicitante y de si ha estado, o está, por ejemplo, en ASNEF.
Ten cuidado con las inversiones
Si llegas justo a fin de mes, o sencillamente no llegas, debes tener cuidado si decides invertir parte de tu dinero. Solo podrías hacerlo si tras el mes te sobra algo de capital y debería de ser en inversiones sin riesgo (aunque la rentabilidad sea muy pequeña) y muy líquidas, es decir, que permitan disponer del dinero cuando lo necesites.
Queda descartada la opción de invertir en Bolsa (acciones), por su elevado riesgo. En cambio, sí podrías ceñirte a productos de renta fija (como por ejemplo los bonos y letras), depósitos bancarios, cuentas remuneradas y de ahorro.