Fue en el año 1974 cuando el primer cajero automático se estableció en España gracias a una sucursal de Banco Popular de Toledo. A partir de ese año, cuando también aparecieron los cajeros automáticos conectados a una red, el sistema de extraer dinero a través de una tarjeta de crédito se estableció en toda la península.
Actualmente, España es el país europeo con más cajeros por habitante. A finales de 2014, según datos del Banco de España, había un total de 51.171.
La tecnología de estos ha variado mucho desde sus inicios y cada vez ofrecen más servicios y una mayor accesibilidad. Desde el primer cajero en el que solo se podía extraer dinero hasta los último lanzados por BBVA, más parecidos a una tablet, cada vez se ofrece más variedad de operaciones a realizar.
Además, entidades como «la Caixa» disponen de un total de 7.142 cajeros con teclados adaptados a personas con dificultades visuales. No solamente se busca innovar sino también mejorar la accesibilidad.
¿Qué funciones tiene un cajero automático?
Desde el simple acto de retirar dinero hasta comprar una entrada para ir al cine, al teatro o al zoo.. Estas son las operativas que se pueden hacer desde un cajero:
La más realizada es extraer dinero desde una tarjeta de crédito o débito o una libreta. Una acción gratuita si se realiza a través de cajeros de la misma entidad, a las veces de la misma red, si se saca a débito.
Si, por motivos circunstanciales, es necesario extraer efectivo desde un cajero que no pertenece a la red o entidad en la que se esta vinculado se deberá pagar por la gestión externa.
En el año 2003 se puso en marcha una orden ministerial sobre la transparencia en cajeros, esto significa que, antes de llevar a cabo la operación, la entidad debe esclarecer los gastos de la acción y dar la posibilidad de desistir.
Por otra parte, además de retirar capital también se puede ingresar a través de billetes sueltos, en sobre o en cheques.
A través de una referencia o un código de barras, se pueden realizar acciones como transferencias, traspasos, pago de multas, impuestos y recibos. Si se realiza desde cajeros de la entidad financiera que se es cliente no supone ningún gasto extra.
Una de las muchas funciones ofrecidas es la compra de entradas (adquiridas anteriormente por internet) para ir al cine, al teatro o a cualquier otro espectáculo.
También, se puede cargar tarjetas prepago del teléfono móvil o cambiar el número PIN además de poder solicitar información de los movimientos de las tarjeta de crédito y débito.
Algunas entidades también permiten sacar abonos y tarjetas del transporte público. Así, con los cajeros de Bankia se puede recargar la tarjeta «sin contacto» del Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid.
Actualmente, muchos cajeros también permiten el envío de dinero al extranjero. Por ejemplo, ‘la Caixa’, a través de la tarjeta International Transfer, posibilita transferir dinero a otra cuenta de otro país mediante los cajero automáticos de la entidad. Estas operaciones suelen tener un coste añadido.
¿Qué novedades se han incorporado desde la revolución tecnológica?
Las tendencias de las actividades que pueden realizar los cajeros automáticos son cada vez más novedosas. A través de la tecnología ‘contactless’ ya no hace falta introducir la tarjeta de débito o crédito dentro del cajero. Así, realizar operaciones en el cajero es más cómodo y rápido.
Banco Sabadell, BBVA, Bankia, Banco Mediolanum y muchos otros bancos ya ofrecen cajeros con este sistema para que sus clientes puedan extraer dinero con pocos movimientos.
Otra forma de acceder es a través de la biometría, una tecnología que reconoce la huella dactilar como contraseña. Este sistema, que pretende mejorar la seguridad, aún no se ha implementado en España aunque, en otras partes, ya es una realidad. Por ejemplo, los cajeros de Banco Bradesco, situados en Brasil, ofrecen este método de acceso.
Además, hay entidades como «la Caixa», BBVA o Bankinter que ofrecen pulseras, o chips para insertar en la caratula del teléfono móvil para poder operar sin necesidad de las tarjetas.
Por otra parte, desde hace diez años, Hal-Cash, permite enviar dinero a cualquier persona desde su teléfono móvil de manera inmediata. El dinero se puede retirar en un cajero de alguna de las entidades afiliadas sin ser cliente del banco ni usar tarjetas de crédito.
Otro ejemplo de como la tecnología avanza en este campo es la ‘startup’ Bit2Me que permite cambiar las monedas virtuales bitcoins por euros y retirarlos en alguno de los cajeros de las entidades afiliadas.
¿Cómo será el cajero automático del futuro?
Si bien la evolución de la tecnología es muy incierta y cambiante, algunas entidades van aportando pequeñas pinceladas acerca donde se dirige la innovación.
Así, BBVA inauguró, en 2013, un total de 20 cajeros de última generación, llamados ABIL, con la intención de ir ampliando su red. Actualmente, hay 176 de estos repartidos por toda la geografía española.
El cajero ABIL permite, además de las funciones habituales, cancelar tarjetas en caso de robo o extravío, dar información bursátil, comprar o vender valores, comparar los precios de las gasolineras más cercana para ahorrar, ver el mapa de movimientos en los que se ubica el establecimiento en el que se han realizado más compras e, incluso, informarse acerca de la previsión meteorológica.
Estos cajeros automáticos ofrecen nuevas modalidades de acceso para operar en ellos. Así, además de las las formas tradicionales, como la tarjeta o la libreta, ahora se puede acceder con un login personalizado, DNI electrónico o tarjeta ‘contactless’.
De mano con la tecnología han ido surgiendo cajeros automáticos con un uso eficiente. Desde equipos con desarrollos de energía solar que los alimentan hasta unos que apagan sus pantallas después de que el usuario haya terminado las operaciones.