La liquidez financiera es la capacidad que posee un activo para poder convertirse en efectivo (en dinero) sin que, durante todo ese proceso, pierda valor. Te explicamos todo lo que debes saber sobre la liquidez, desde su definición hasta qué la diferencia de la solvencia, en este artículo.
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Liquidez: definición
La liquidez financiera es la capacidad que posee un activo (pueden ser acciones, bienes inmuebles, etc.) para poder convertirse en efectivo, en dinero. Y que durante todo ese curso no pierda valor. Se puede contemplar desde diferentes escenarios. Te los explicamos:
- Liquidez en empresas: es la capacidad que tiene para poder cumplir con sus deudas en el corto plazo. Gráficamente, una compañía tendría liquidez si el valor de todos sus activos que se pueden convertir en dinero, sin perder valor, en un plazo temporal menor a un año es mayor que los gastos y deudas que ha de pagar.
- Liquidez de mercados: dependerá del volumen de negociación. Por ejemplo, en los mercados financieros de renta variable, se dice que las acciones de una compañía son muy líquidas cuando existe un amplio volumen de negociación de esas acciones, de manera que es muy fácil y muy rápido encontrar contraprestación para poder comprarlas o venderlas. Si las acciones son líquidas podremos comprar o vender al momento, en bolsa o en el mercado en el que cotice. En caso contrario nos llevará más tiempo.
- Liquidez en inmuebles: el sector inmobiliario se caracteriza por ser elevada, puesto que si queremos vender un inmueble, seguramente tardaremos bastante tiempo en ello (tenemos que tasarlo, ponerlo a la venta, esperar a que llegue un comprador interesado que acepte el precio, proceder a las gestiones y papeleo que conlleva la venta…).
- Liquidez en personas: en este caso es similar a una empresa, se refiere a todos los activos que tiene para poder pagar sus deudas, gastos y obligaciones.
Por qué es tan importante la liquidez
Tener liquidez es muy importante. Sobre todo, por estos dos motivos:
- Significa que la empresa o la familia dispone de recursos económicos suficientes para poder hacer frente a sus obligaciones más inmediatas (aquellas que hay que afrontar antes de un año), sin necesidad de tener que endeudarse.
- Si se dispone de ella, tenemos la posibilidad de poder pedir un préstamo personal o un crédito para otras cuestiones. Por ejemplo, comprar un coche.
Cuál es el activo mayor liquidez
Partimos de la base de que cuanta mayor liquidez tenga un activo, menos tardaremos en poder venderlo sin que pierda valor. Vamos a ver a continuación una clasificación de activos ordenados de mayor a menor liquidez:
- El activo que sin duda posee mayor liquidez es el dinero en efectivo, porque podemos cambiarlo en cualquier momento por otros activos sin necesidad de tener que hacer nada y, además, no perderá valor. Por dinero en efectivo entenderemos billetes y monedas.
- Depósitos bancarios. Este dinero no está disponible de inmediato como sí sería el caso del dinero en efectivo, pero tiene mucha liquidez porque podemos recuperarlo cuando queramos.
- Renta fija (corto plazo). En este caso hablamos de Letras del Tesoro. Si tenemos este activo, podemos venderlo rápidamente.
- Pagarés de empresas. Este activo es emitido por muchas compañías y presenta también un buen grado de liquidez para ser convertido en dinero en efectivo.
- Renta fija (largo plazo). Aquí entrarían activos como Bonos del Estado y Obligaciones del Tesoro, también fácilmente convertibles en dinero.
- Renta variable (acciones, fondos de inversión…). Dependiendo de las acciones que tengamos, serán más o menos líquidas. Hay empresas grandes cuyos títulos tienen una liquidez enorme (a estas empresas se les llama blue chips) y otras que son pequeñas y sus acciones tienen menos (en este caso, a las empresas se les denomina chicharros).
- Inmuebles y terrenos. Presentan un bajo nivel dado que desde que se pretende vender hasta que se logra obtener dinero en efectivo puede pasar bastante tiempo.
Cómo calcular la ratio de liquidez
La mecánica para calcular la liquidez es sencilla: simplemente tenemos que conocer e interpretar su ratio, que refleja la capacidad que tiene, por ejemplo, una empresa o una familia para poder afrontar sus obligaciones, gastos y deudas a corto plazo.
Para saber la ratio de liquidez tenemos que dividir los activos corrientes de corto plazo (es decir, aquellos activos que se pueden convertir en dinero en efectivo en menos de un año) entre los pasivos corriente de corto plazo (deudas y gastos que hay que pagar antes de un año).
La fórmula matemática sería: RL = AC / PC
Y la interpretación del resultado, la siguiente:
- Si es mayor que 1: el grado es elevado y no debería de haber ningún problema a la hora de afrontar los gastos y deudas.
- Si es igual a 1: dispone de la justa para cumplir sus obligaciones, pero más adelante podría haber problemas. Digamos que salvaría la situación por el momento.
- Si es menor de 1: no se puede afrontar los compromisos. En el caso de una empresa hablaríamos de suspensión de pagos.
Diferencia entre liquidez y solvencia
Generalmente se tiende a pensar que liquidez y solvencia son lo mismo. Y no es así. La gran diferencia entre ellas es algo fundamental: el tiempo. Más al detalle:
- La liquidez es la capacidad que se tiene para cumplir con los gastos y obligaciones antes de un año y para ello se tienen en cuenta todos los activos que se dispone y que, como hemos visto, se pueden convertir en dinero en efectivo antes de un año y sin perder valor.
- La solvencia es la capacidad para poder pagar las deudas y las obligaciones sin tener en cuenta el factor temporal. Es decir, refleja el potencial económico que se tiene atendiendo a todos los activos de los que se dispone.
Por tanto, la diferencia clave radica en que la liquidez mide la capacidad de pago a corto plazo, mientras que la solvencia mide la capacidad de pago a largo plazo.
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