Hasta hace poco tiempo, finales del año 2014, las alternativas a la hora de solicitar un préstamo hipotecario, casi se limitaban a las hipotecas a tipo variable, en su mayoría referenciadas al euríbor hipotecario más un diferencial.
La evolución del euríbor hipotecario, en mínimos históricos y con cinco meses consecutivos marcando valores negativos, ha obligado a los bancos a tener que ampliar su oferta de hipotecas, para intentar potenciar la comercialización de las hipotecas mixtas y las hipotecas a tipo fijo.
Mediante este tipo de préstamos las entidades se aseguran una entrada de dinero constante durante un determinado periodo de tiempo y mejoran el margen que obtienen con las hipotecas a tipo variable. A pesar de que siempre han existido, estos productos, en los catálogos comerciales de los bancos, en la práctica su contratación era minoritaria por no representar una opción y condiciones atractivas para el cliente.
Ventajas de las hipotecas mixtas
Las hipotecas mixtas, ofrecen un tipo de interés fijo durante los primeros años del préstamo para, posteriormente, aplicar un tipo de interés variable. Con esta opción y durante el periodo a tipo fijo, el usuario se beneficia principalmente de la tranquilidad que le aporta conocer la cuota que va a pagar y que no puede sufrir variación durante ese periodo.
La apuesta que realizan las entidades bancarias por este tipo de producto permite, además, al usuario aprovecharse de que tanto los intereses durante el plazo fijo como durante el periodo variable sean, actualmente, de los más competitivos del mercado.
Por lo general, las hipotecas a interés mixto aplican el interés fijo durante un plazo de tiempo que suele ir desde los 10 hasta los 20 años y dan acceso a un plazo total de amortización (vencimiento) que puede llegar a los 30 años.
Inconvenientes de las hipotecas mixtas
El principal inconveniente en la contratación de una hipoteca mixta, es que, a pesar de encontrarse con unos tipos competitivos durante el periodo a tipo fijo, en comparación con las ofertas actuales a tipo variable desde el inicio de la hipoteca, tanto los intereses como la cuota que se va asumir serán más elevados, mientras el euríbor se mantenga en los valores actuales.
Otro inconveniente será, la incertidumbre que puede representar no poder saber que sucederá y como estarán los tipos de intereses en el momento que se agote el plazo a tipo fijo. Algo que podría llegar a representar un aumento considerable de los intereses y de la cuota mensual que pagamos durante el periodo a tipo fijo.
Ventajas de las hipotecas a tipo fijo
Indudablemente la principal ventaja de contratar una hipoteca a tipo fijo, reside en que desde el primer momento conocemos los intereses y la cuota mensual que tendremos que asumir durante toda la vida de la hipoteca hasta el vencimiento final.
Esta característica, aunque lógicamente dependerá de muchos factores, en muchos casos puede hacer que el usuario valore más la tranquilidad que le aporta a futuro, que un posible ahorro de intereses a corto o medio plazo.
Inconvenientes de las hipotecas a tipo fijo
Contratando una hipoteca a tipo fijo, nos encontraremos asumiendo unos tipos de interés y cuota mensual más elevados en comparación con las hipotecas a tipo variable y mixto.
Los plazos de amortización son también más cortos, habitualmente no superan los 10-15 años, aunque en algunos casos pueden llegar a 20. Esto incide directamente en la cuota mensual, que será más elevada y en algunos casos supondrá que el usuario no podrá asumirla y por lo tanto no tendrá acceso a una hipoteca a tipo fijo.
En definitiva, se trata de dos opciones muy interesantes, como alternativa a las hipotecas a tipo variable de siempre y que, dependiendo de la situación particular de cada usuario, hay que valorarlas.