El TIN es un porcentaje en el que se refleja el coste efectivo de un producto financiero durante un plazo de tiempo concreto. En un producto de financiación es lo que pagamos a la entidad por el hecho de dejarnos el dinero y en uno de ahorro es el beneficio que obtenemos por la imposición. Te explicamos todo acerca del TIN y en qué se diferencia de la TAE.
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Qué es el TIN
TIN responde a las siglas de Tipo de Interés Nominal y es un porcentaje que nos indica el coste de un producto bancario. El TIN no tiene en consideración ningún otro factor que pueda repercutir en el coste real. Es decir, se trata del tipo de interés a secas, sin atender a las comisiones, gastos o plazos.
El TIN es, en un producto de financiación como un préstamo o una hipoteca, el precio que el banco nos cobra por el hecho de dejarnos una cantidad de dinero durante un periodo de tiempo.
En un producto de ahorro, como una cuenta o un depósito a plazo, el TIN es el beneficio que podemos obtener por hacer una imposición de cierto importe y no tocarlo durante determinado tiempo.
Cómo calcular el TIN
El TIN es un porcentaje que habitualmente nos facilita el banco, siempre y cuando sea fijo. Porque, en el caso de una hipoteca variable, constará de la suma del valor del tipo de referencia, habitualmente el euríbor, y el diferencial.
En este sentido, el TIN de una hipoteca variable cambiará en cada revisión, si el tipo de referencia cambia de valor.
Diferencias entre TIN y TAE
De la misma manera que en los productos financieros has oído hablar del TIN, también habrás visto que existe la TAE, que es la Tasa Anual Equivalente. Como tal, la TAE es otro porcentaje y refleja el coste o rendimiento efectivo del producto en cuestión.
Dicho de otro modo, la TAE tiene en cuenta el TIN y, también, otros factores como con qué frecuencia se hacen los pagos (de forma mensual, trimestral, semestral…), las comisiones bancarias y algunos gastos de las operaciones (aunque en ella no se reflejan costes como los de notaría, vinculaciones, etcétera).
Así, la principal diferencia entre TIN y TAE es la información que nos aportan sobre el coste de los productos bancarios. Si en el primero solo se incluye “el precio” que se paga por el producto, en el segundo también se reflejan otros costes que acabarán influyendo en su precio real.
TIN y TAE: en qué fijarme
Aunque debes tener en consideración ambos, desde CrediMarket te aconsejamos que si vas a pedir un préstamo o cualquier otro producto bancarios, te fijes en la TAE ya que la información que te da está más ajustada a la realidad. Te ponemos un ejemplo en el que se ve muy claro: en el mercado bancario encontramos préstamos con un TIN del 0,00 % pero una TAE de, pongamos por caso, el 6,00 %.
¿El motivo? A pesar de no tener que pagar intereses por el préstamo sí tienes que hacer frente a una comisión de apertura de, y seguimos con las cifras hipotéticas, el 3,00 %.
El TIN en los productos bancarios
Como hemos ido adelantado en el artículo, el TIN se encuentra en todos los productos financieros. Conocerlo es muy importante en aquellos que son de financiación y de ahorro. Te lo explicamos al detalle:
- El TIN en financiación: tanto en préstamos como en hipotecas, es necesario consultar la TAE para ver el coste real.
- El TIN en depósitos y cuentas: muestra los rendimientos, pero no las comisiones que puedes tener que pagar.
¿Hay algún límite en el TIN?
No, en principio no existen ningún límite concreto en cuanto al TIN de los productos bancarios. Eso sí, hay una aproximación en cuanto a productos de financiación. Así, cualquier TIN no puede superar el límite de lo que se considera usura en España.
Al respecto, no hay ningún valor ni porcentaje concreto que lo determine. Si no que se considera usura si el porcentaje es mucho más elevado que el de la media de productos de financiación de su misma categoría.
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Además, siempre podrás contar con la ayuda telefónica de nuestros agentes expertos que te acompañarán durante todo el proceso y te explicarán y aclararán las condiciones de cada uno de los productos, para que no te ahogues con ciertos conceptos, como el TIN y la TAE, complejos de entender.
