El sobreendeudamiento consiste en contraer más deudas de las que realmente podemos asumir. Ya sean por un elevado o un bajo importe. En esta guía encontrarás todos los detalles. También algunas soluciones.
Qué es el sobreendeudamiento
Hablamos de sobreendeudamiento cuando una persona (o una empresa) ha ido acumulando, a lo largo del tiempo, una serie de deudas y créditos. Y lo ha hecho mientras la gran mayoría estaban vigentes. Es decir, no ha acabado de pagar unos para asumir otros. El sobreendeudamiento puede acaparar todo tipo de deudas:
- Elevado importe: la hipoteca o el alquiler de una vivienda, la cuota de un préstamo para un coche, la financiación de un viaje, pagar los estudios universitarios o de postgrado de los hijos, reforma de la vivienda, etc.
- Bajo importe: comprar tecnología (un televisor más grande, un ordenador portátil sofisticado, un teléfono móvil de última generación…), algún tratamiento médico o estético, etc.
En cualauier caso, el hecho de comprar y tener algunas deudas no significa un problema. Pero sí lo es cuando la capacidad económica y los recursos patrimoniales no son suficientes para poder absorber las cuotas. Es en esos casos cuando hablamos de un excesivo endeudamiento o sobreendeudamiento.
Tipos de sobreendeudamiento
Podemos dividir en dos las clases de sobreendeudamiento:
- Sobreendeudamiento activo: se origina porque la persona no es diligente ni responsable con sus finanzas y asume unas deudas mayores de lo que realmente puede afrontar. Por ejemplo: se realizan muchas compras con tarjeta de crédito y se aplazan los pagos.
- Sobreendeudamiento pasivo: surge a raíz de situaciones en las que la persona no es responsable o no tiene culpa. Por ejemplo, si pierde su trabajo y no se disponen de los ingresos económicos suficientes para pagar las cuotas.
3 consecuencias de sobreendeudarse
Las consecuencias del sobreendeudamiento pueden ser muy variadas. Todo depende del grado alcanzado y la capacidad económica que se tenga para hacerle frente. En función de ese equilibrio, los efectos serán de mayor o menor gravedad. Pero, en general, estos son los tres principales:
- La cuantía de las deudas se incrementa sustancialmente, no solamente por la suma del importe total, sino también por los tipos de interés de los préstamos, que se van incrementando, sobre todo si nos hemos retrasado en algún pago.
- Se entra en una espiral muy peligrosa de la cual es muy difícil salir; porque no se puede pagar lo que se debe y los préstamos siguen generando intereses con lo que, al final, la deuda total se incrementa.
- Posiblemente, a la persona afectada, se la incorporará en un listado de morosos, como Asnef. Esto implica que le resultará muy complicado poder acceder a cualquier otro préstamo.
Cómo saber si estoy sobreendeudado
Aunque no hay una fórmula concreta, hay algunos puntos que pueden ayudarnos a determinar si estamos sobreendeudados o no. Estos son los principales:
- Carencia de efectivo: no se dispone de liquidez y no se pueden abonar al momento compras cotidianas como las que se realizan al supermercado. Es posible que se tenga que tirar del crédito de la tarjeta para hacer frente a los gastos del día a día e, incluso, recurrir a un minipréstamo.
- Se contrae una deuda para tapar otra: por ejemplo se tienen que solicitar financiaciones arriesgadas, con elevadísimos tipos de interés (minicréditos o préstamos con aval de coche), para afrontar lo que se debe.
- Incumplimientos de pagos parciales o totales: retrasos en los pagos de algunas cuotas (incumplimiento parcial) o echar para atrás recibos porque no se pueden abonar (incumplimiento total).
- No cumplir la regla 70/30: no destinar más del 30 % de nuestros ingresos a pagar financiaciones. De hecho, las entidades bancarias la utilizan mucho como referencia a la hora de conceder o no un préstamo personal o hipotecario.
Qué hacer si se está sobreendeudado
Lo primero que hay que hacer se se está sobreendeudado o se cree que se puede llegar a ese nivel es mantener la calma. Solo con tranquilidad, se podrá encontrar una solución. A partir de ahí:
- Dejar de inflar el globo: no seguir endeudándose más. Cuanto más crezca la bola, más difícil será resolver el problema.
- Establecer una planificación financiera: empezar por unos básicos, como eliminar los gastos hormiga. Es poco, pero todo suma.
- Negocia con los acreedores: un periodo de carencia del préstamo o una carencia de la hipoteca, ya sea total o parcial.
- Plantéate otras opciones como reunificar deudas. En función de los préstamos que puedas acumular, puede terciarse como una solución. Agruparás todos los pagos en uno, ganarás en control financiero y, posiblemente, pagarás menos cada mes.
- Si las deudas que acumulas son con la tarjeta de crédito intenta reducirlas al importe más bajo que te permita el banco.
Algunas soluciones ante el sobreendeudamiento
Como siempre, el sentido común es el mejor aliado. Por tanto, hay que ajustar al máximo nuestras deudas. Y nunca asumir más de lo que se puede pagar. Como base, lo ideal es que el dinero que destinamos a estas no supere el 30 o 35 % del total de los ingresos.
Para ello, hay algunos trucos. Todos ellos relacionados con los pagos:
- Si no se trata de una necesidad puntual y urgente, debemos evitar utilizar el crédito de la tarjeta. Menos aún en las revolving, cuyos tipos de interés son altísimos.
- Del mismo modo, solo se tendría que recurrir a minipréstamos y financiaciones similares en casos muy puntuales.
- Se debe intentar pagar siempre en efectivo o bien con la tarjeta de débito, la cual tirará del dinero que se tiene en la cuenta bancaria.
- Intentar ahorrar todo lo que se pueda. No solo para afrontar gastos imprevistos o urgentes, sino también para poder darte esos caprichos que de otra manera solo podrías lograr endeudándote más de lo que debieras.
¿Es lo mismo endeudamiento que sobreendeudamiento?
No, endeudamiento y sobreendeudamiento no son lo mismo. La diferencia radica en una cuestión: la capacidad económica de pago.
Es decir, una persona está endeudada si asume compromisos de pago pero cuenta con suficientes recursos económicos (ingresos y patrimonio) para hacer frente a las cuotas, sin problemas.
En cambio, está sobreendeudada si es incapaz de abonarlas (su pasivo es mayor que su activo) y se retrasa o deja pendiente el pago recibos pendientes.